Archive for September, 2015

La Gran Válvula de Escape 06/05/2008 (reproducida 10/30/2015)

La Gran Válvula de Escape 06/05/2008
Hernán Padilla

El Tratado de Paris de 1898 cobijó bajo la bandera americana 894,302 ciudadanos de Puerto Rico, convirtiéndonos en pupilos del Congreso. En 1904 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró que los puertorriqueños podían entrar a los Estados Unidos sin restricciones.

En 1910 se reportaban solamente dos mil puertorriqueños en los Estados Unidos continentales. Cuando en 1917, el Congreso nos concedió la Ciudadanía, 17,000 puertorriqueños ingresaron voluntariamente al servicio militar. Así comenzó la gran válvula de escape laboral hacia los Estados Unidos.

La experiencia migratoria puertorriqueña es un fenómeno sociológico de inmigración interna, dentro del marco socio-político norteamericano. Es la historia de puertorriqueños que se mueven dentro de su propia nación, pero cuyas raíces de nacimiento, culturales y lingüísticas residen en la Isla.

Son miles las historias humanas de éxito y tragedias, y de adaptación a un idioma, clima y estilo de vida diferente e intimidante. La vida en la Gran Urbe, la ciudad que atrae a millones de hombres y mujeres empeñados en mejorar sus vidas y perseguir el “sueño americano”.

Durante la década de los años 30, el Gran Jibarito, el Maestro Rafael Hernández, junto a su hermana, operaba una tienda de música en New York. Adolfo Díaz y su esposa Pepita tenían un “boarding house” en su casa para atender a familias latinoamericanas. Pepe Ortiz, de Cayey, llego a NY desempleado y encontró trabajo en el “Biltmore Hotel” como “dishwasher”, se retiro 30 años después luego de haberle pagado la educación universitaria a sus tres hijos.

Durante la gran depresión de los 30 en Puerto Rico, la solución de muchos para sobrevivir la miseria económica era emigrar a los Estados Unidos por la vía marítima.
En 1946, luego del fin de la segunda guerra mundial, comenzó en serio el “chorro de boricuas” que “brincaron el charco”. Primero en el “Marine Tiger” y luego La “Guagua Aérea” de PanAmerican Airlines, y la TRANCA con su vuelo quiquiriquí son recuerdos tristes de muchos isleños.

En 1948, el gobierno insular, mediante una política agresiva de emplear a los puertorriqueños en faenas agrícolas fuera de Puerto Rico, recogiendo papas en Long Island y tomates en New Jersey, implanto el Programa de Migrantes dentro del Departamento del Trabajo insular. La estrategia del gobierno Popular de los años 50 fue la de promover, facilitar y coordinar la emigración masiva de puertorriqueños. Establecieron oficinas de servicios a los migrantes en 115 ciudades en los Estados Unidos. Muñoz Marín, en su mensaje a la Legislatura en 1954, dijo que los que emigran aseguran el mismo curso de todos los otros emigrantes, el “melting pot”.

Emigrar e integrarse nunca fue malo. Era necesario para el desarrollo económico de la isla. Las remesas millonarias de estos valerosos y productivos puertorriqueñas contribuyeron positivamente a la economía de la colonia. Numerosos profesionales lograron sus títulos gracias al trabajo de sus padres en las fincas del norte.

En el 1970 residían en los Estados Unidos 810,000 inmigrantes, y 581,000 puertorriqueños que habían nacido allí. Este es el retrato de la “gran válvula de escape” socio-económica, gracias al libre movimiento de los puertorriqueños hacia y dentro de la nación americana.

Hoy, cuatro millones de seres humanos con raíces puertorriqueñas residen en los Estados Unidos. Se estima que 34% nacieron en la isla; 66% son descendientes de los emigrados. Actualmente, viven 163,000 menos puertorriqueños en Puerto Rico, que en los Estados Unidos. Estudiantes, profesionales, retirados y familias completas en todos los niveles económicos se siguen sumando a la nueva generación de emigrantes para vivir en un Estado Federado.

Entre las preguntas que nos hacemos están ¿Qué pasó con el miedo al inglés?, ¿Qué ocurrió con el mito de las contribuciones federales?, ¿Qué pasó con el cuco de que la Estadidad destruiría la personalidad, la cultura y la identificación puertorriqueña? ¿Que pasaría si los separatistas imponen su criterio, sin la ciudadanía, sin pasaporte y sin libre movimiento hacia los Estados Unidos y se cierra la “válvula de escape”?

¡Habría que echarle ocho pisos a la isla!

El modelo económico de la colonia esta moribundo. Sin la “válvula de escape” para disipar la sobre-población y reducir el desempleo, la economía se hubiera colapsado hace tiempo.

Comments off

Cuba y Puerto Rico, publicada 01/05/15

Cuba y Puerto Rico 01/05/15
Hernán Padilla

El Presidente Obama anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU indicando que iniciarían conversaciones para establecer algunos acuerdos mutuos. Esas discusiones no pueden ignorar el reclamo que Cuba sea un país democrático libre de la dictadura que le niega a sus ciudadanos los más fundamentales derechos civiles y humanos.

La Sociedad Interamericana de Prensa reclamó que los “derechos humanos, libertades de expresión y prensa, la liberación de periodistas encarcelados y toda persona presa por su forma de pensar; las garantías “de libertades individuales y sociales, el respeto por la labor del periodista y el derecho del público a la información” deben ser la base para cualquier acuerdo.

Es imprescindible considerar la política pública de Estados Unidos y la Ley de Democracia Cubana de 1992 (Ley Torricelli), que establece “que EEUU buscará una transición pacífica a la democracia en Cuba mediante la aplicación de sanciones al gobierno cubano”.

Como condiciones para que el Congreso considere enmendar las leyes vigentes, el gobierno cubano debe celebrar elecciones libres e imparciales, darle tiempo a la oposición a organizarse, respetar las libertades civiles y los derechos humanos y establecer un sistema económico de libre comercio.
En Puerto Rico el Senado de PR rindió un informe durante 1994 sobre el impacto al turismo cuando ocurriera la apertura de Cuba y en el 2007 Orlando Parga legisló para crear el Instituto Puertorriqueño para la Asistencia Mutua con Cuba Democrática.

Durante a años, el analista Arturo Guzmán le ha advertido al gobierno y los sectores que impulsan la economía puertorriqueña que se prepararan para cuando Cuba se reintegrara como un competidor en el comercio y turismo Caribeño.

La década de mayor crecimiento en la historia económica de PR fue la de 1960-1970 y la razón fundamental fue el retiro de Cuba como factor competitivo regional según explica Arturo Guzmán. Proyectó además, que una vez Cuba se reintegre como competencia regional, si no ha ocurrido un cambio del estatus político-económico de Puerto Rico, la Isla sufrirá un impacto devastador a la maltrecha economía debido al fracaso del ELA.

Guzmán sostiene que aseverar que el ELA-colonial pudiera beneficiarse de la “reapertura” de Cuba es completamente errado. Puerto Rico no es único en el ofrecimiento de productos y servicios a una Cuba post-embargo. Los que creen que PR tendrá ventaja ignoran la competencia de estados de la unión, que tienen el poder político, mejores recursos y costos más bajos; y que hemos perdido la exclusividad de acceso al mercado estadounidense por los tratados de libre comercio con Canadá, Méjico, Panamá y muchos otros.

“Antes del 1959, Cuba era el primer destino turístico del Caribe. El 70% de los visitantes procedía de EEUU, así que la reapertura de Cuba constituirá una irresistible atracción y recuperarían los mercados perdidos, incluyendo los barcos cruceros que añadirían a Cuba en sus itinerarios a expensas de Puerto Rico.

En cualquier reunión, nuestra delegación de EEUU también tiene la obligación de representar a sus Ciudadanos en Puerto Rico. No puede ignorar que los Castro no han escatimado esfuerzos para subvertir nuestro derecho constitucional a convertir a Puerto Rico en estado.

En 1982, cuando fui Representante Alterno de los EEUU, me dirigí a la Asamblea General de la ONU para recordarle a Cuba y sus cómplices que “la relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos es un asunto que, como ciudadanos americanos, solo le compete a Puerto Rico y los Estados Unidos.

Le recuerdo al Presidente Obama, que hablando a nombre de los Estados Unidos, expresé que “la intervención internacional afecta ese derecho e introduce un factor foráneo al proceso histórico que transcurre en Puerto Rico. Siempre he sostenido “que somos nosotros los puertorriqueños los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro destino político”.

Comments off

Mandato 2017: dos prioridades cruciales, lunes 14 de sept, 2015, END

Mandato 2017: dos prioridades cruciales
Hernán Padilla

Las repercusiones de no pagar la deuda pública de Puerto Rico van mucho más allá del fracaso del modelo político-económico de nuestro estatus territorial-colonial.

Sergio Marxuach, Director de Política Pública del Centro para una Nueva Economía (CNE) plantea que el endeudamiento público debe ser proporcional a la capacidad de pago y no debe utilizarse para “pagar gastos corrientes o financiar déficits operacionales”. “El problema es que en Puerto Rico hemos incumplido con ambas condiciones durante los últimos quince años”.

Nuestra maltrecha economía y la mala imagen de incapacidad para acometer la crisis que ha creado el gobierno colonial podrían afectar nuestra lucha para lograr las herramientas constitucionales y el poder político que solo se adquieren con la Estadidad, y que son indispensables para encauzar nuestro desarrollo económico.

Desgraciadamente, las expresiones públicas y las malas decisiones políticas y económicas de la administración popular levantan dudas sobre la estabilidad, el compromiso y seriedad para de nuestro pueblo para cumplir con las obligaciones de Puerto Rico y lograr un mejor futuro.

Si bien huelga señalar que apoyo la admisión como Estado lo antes posible, reconozco que es un proceso lento semejante a una carrera con obstáculos. De otra parte, concurro con Annabel Guillen, Directora Ejecutiva de Igualdad Futuro Seguro, en que “el resultado del plebiscito abrió finalmente la puerta, ahora es que realmente comienza la travesía”.

Claramente, la crisis económica no puede atenderse aisladamente. El problema de deuda está intrínsecamente ligado a la indefinición política de un status sin poderes políticos.

El Lcdo. Francisco Rullán tiene razón cuando insiste en que la Estadidad y la igualdad son derechos que no deben estar atados a las deudas del gobierno territorial, ya que la Estadidad ayudaría a solucionar los problemas y falta de crecimiento económico. Rullán advierte que “Ciudadanos Americanos no deben sufrir la falta de derechos civiles por culpa y negligencia de la clase política que administra el territorio”.

El profesor Héctor Ríos Maury opina que no se debe penalizar a millones de ciudadanos americanos condicionando su opción en derecho a trascender el colonialismo. Propone que la lucha por la igualdad, a tono con el federalismo, combine el reclamo de nuestros derechos civiles y constitucionales con la “Estadidad y un Buen Gobierno”.

Según el economista Jaime Benson, el problema de deuda es uno atado a la incapacidad de crecimiento económico, y que la certeza, seguridad y estabilidad que traería consigo la plena igualdad de derechos políticos y ciudadanos, darían fin a la incertidumbre que impide dicho crecimiento. La Estadidad sería la resolución de nuestra relación colonial entre EEUU, que sin duda ha sido la causa principal de la presente crisis económica y social.

La experiencia histórica demuestra que todos los territorios que se han convirtido en estado han mejorado significativamente su situación económica. Con la Estadidad, esas jurisdicciones adquirieron el poder político necesario para atender las necesidades de su ciudadanía.

El Puerto Rico de hoy se parece más al Hawái del 1956 que a la Grecia del 2015. La estadidad provocó en Hawái un aumento poblacional, y con ello un crecimiento del PIB, aumento de la inversión corporativa, el desarrollo de nuevas empresas, y un ingreso per cápita mucho mayor.

Como ciudadanos americanos, la Estadidad es nuestro derecho desde el mismo momento en que nos otorgaron dicha ciudadanía en el19017, y que fue reconocido en 1941 para todo aquel nacido en Puerto Rico. La estadidad es un destino inevitable e irreprimible, así que tenemos que continuar e intensificar la lucha para lograr y garantizar ese mejor futuro para nuestra Isla.

Las próximas elecciones deben ser plebiscitarias, para que el Pueblo extienda al nuevo gobierno un mandato para resolver la crisis fiscal, económica y política y simultáneamente encaminar agresivamente a PR hacia su derecho de convertirse en estado.

Comments off