Descomposición social, Lunes 16 de mayo del 2011, El Nuevo Dia
Descomposición social
Hernán Padilla
La descomposición del tejido social en Puerto Rico es crónica, persistente y catastrófica.
Esta crisis es motivo de preocupación y debe obligarnos a examinar la realidad puertorriqueña para buscarle soluciones a largo plazo, de otra manera nuestro futuro es muy incierto.
Lo que se vive en estos momentos no es una situación nueva. La pobre calidad de vida viene afectando a toda la sociedad por muchos años. En el 2003 más de 600,000 personas padecían de alguna condición de salud mental. En ese año fueron atendidos 103,052 adultos por problemas de salud mental, pero 148,000 adultos no recibieron los servicios necesarios y 73% de menores con trastornos severos no fueron tratados.
Un estudio científico en el 2007 reveló que Puerto Rico es el segundo país, después de Argentina, donde mas personas, entre 25 y 34 años de edad, utilizan dos drogas o más, combinadas. Se proyecta que 34% de la población está afectada y se asegura que predomina el uso de alcohol y tabaco, seguido por alcohol y marihuana, y luego la cocaína. Sorprende que 13,000 adictos usen alcohol, tabaco, marihuana y cocaína.
Debe preocuparnos que la población promueva, tolera o le huya a la responsabilidad de evitar que 50% de la juventud comience a tomar alcohol antes de cumplir los 18 años. La subcultura del alcohol está muy arraigada y hay que atacarla para proteger la próxima generación.
Las estadísticas del crimen en octubre del 2008 ya evidenciaban que las políticas públicas del pasado para mejorar la calidad de vida y la seguridad pública habían fracasado. En los primeros nueve meses del 2008 se cometieron 622 asesinatos.
Este año, durante el fin de Semana de las Madres mataron a trece personas. Aunque se cuestiona la validez de algunas estadísticas del crimen del 2011, ya se han reportado más de 410 asesinatos. Que sepamos, 47% de las muertes violentas se relacionan a la lucha por el control de los puntos de drogas. No es suficiente que la Policía ha realizado operativos efectivos en contra de 300 puntos de drogas y los federales han dado golpes certeros al narcotráfico.
Los amortiguadores sociales insulares desaparecieron, como desapareció nuestro jibaro y sus valores. Puerto Rico atraviesa por una crisis de valores que afecta todos los niveles de la vida y todos los rincones de la sociedad puertorriqueña. Les corresponde a los hombres y mujeres que están en posiciones de liderato convertirse en verdaderos símbolos de esperanza para el pueblo. La avaricia, falta de principios, y deshonestidad predominan en los que deben dar el ejemplo. La juventud necesita ciudadanos modelos (role models) que inspiren y reflejen honestidad, integridad, justicia, y respeto.
Un buen enfoque, que si lo apoyan puede causar un cambio cultural favorable a largo alcance, es el programa del Gobernador, “Tus valores cuentan”, para enfatizar la importancia de los valores básicos del buen carácter: confiabilidad, respeto, responsabilidad, justicia, bondad y civismo. Otra excelente iniciativa de Fortuño es promover la fundación y brindarle apoyo a la “Alianza para Transformación Social”, una organización no-gubernamental para “lidiar con el deterioro social”.
Otro de los instrumentos gubernamentales creados es la Administración de Salud Mental y Contra la Adicción. Esta agencia debe brindar alivio, servicios sociales y servicios de salud cuando la familia, los educadores, las instituciones religiosas y los líderes cívicos y políticos han fracasado. Si esta agencia logra una participación activa de la comunidad en educación y prevención, ganamos todos; si fracasa pierde Puerto Rico.
No debemos pretender que el gobierno lo resuelva todo. Por el contrario, la responsabilidad de los cambios sociales y culturales está en las manos de todos los Puertorriqueños. No se escapa nadie de esta obligación crucial, a menos que decidan esconder sus cabezas como el avestruz.