Queremos un futuro seguro, ENDI, lunes 3 de septiembre, 2012
Queremos un futuro seguro
La historia y las estadísticas reflejan el cuadro real del desastre político, económico y social que viene afectando a nuestro pueblo.
Bajo el modelo fracasado del ELA, las ayudas federales sostienen la economía de Puerto Rico. De no ser por las aportaciones y transferencias federales multimillonarias ($23,324,000,000) provenientes de agencias como Educación (incluyendo las becas Pell), Salud, Vivienda y programas como Medicare, Seguro Social, Sección 8 y Asistencia Nutricional, los puertorriqueños vivirían en una pobreza extrema.
El 42% de las “familias” viven bajo el nivel de pobreza, más de cuatro veces el promedio en los cincuenta estados. El 45% de los puertorriqueños caen bajo el nivel de pobreza, tres veces mayor que el resto de la nación, y el doble de cualquier otro estado.
El gobierno federal subsidia 525,000 familias para las necesidades básicas, vivienda y alimentación. 1,500,000 personas reciben servicios de salud de “Medicaid”. Más de 700,000 niños viven debajo del nivel de pobreza y dependen por completo de las ayudas federales para la salud, vacunas, educación pre-escolar, comida en las escuelas, y servicios sociales y 409,747 infantes dependen del Programa Especial de Nutrición Suplementaria para su alimentación.
La deuda pública de $55 billones es un reflejo del descalabro de la economía y la actual relación política. La deuda pública constituye el 93.7% del Producto Bruto de Puerto Rico a pesar de que los economistas consideran que el 60% es el máximo razonable para un desarrollo económico sostenible. Peor aún, bajo el ELA, las agencias que establecen la clasificación crediticia de Puerto Rico determinaron que el crédito es de alto riesgo. Clasificaron los bonos del ELA de 5 a 6 escalas por debajo de los de la Florida, casi chatarra.
Aunque en el pasado, la Isla atrajo industrias, la realidad revela que el ELA ha sido un fracaso para desarrollar la economía. Es evidente el fracaso del modelo económico del ELA y su incapacidad para propiciar crecimiento en el nuevo contexto de la globalización.
El desastre del ELA es el factor principal que obliga a miles de puertorriqueños a emigrar hacia uno de los otros cincuenta estados en busca de igualdad, empleos y mejor calidad de vida. Mientras que la población de Puerto Rico disminuyó en 2.2%, la población del estado de la Florida aumentó en casi 18% durante la pasada década.
Estamos muy rezagados cuando comparamos el desarrollo económico local aún con los estados más pobres de la Nación. Cuando comparamos el Producto Bruto Interno (GDP) de Puerto Rico con cada uno de los 50 estados, Puerto Rico es el mas bajo con un GDP por persona de $23,380, comparado con el promedio nacional de $47,482.
El ELA empobrecido es poco atractivo para atraer nuevas inversiones e industrias que generen empleos. Bajo el ELA fracasado no existen las ventajas y los incentivos que tienen estados como Florida. Si un inversionista extranjero estuviera contemplando realizar una inversión significativa y tuviera como opción Puerto Rico o el estado de la Florida, nosotros estariamos en desventaja. Puerto Rico vive bajo un status político incierto que no puede garantizar las inversiones a mediano y largo plazo.
Contrario al fracaso del ELA, con la estabilidad y el progreso de la estadidad, Puerto Rico podría competir favorablemente con Florida y otros estados. La estadidad traerá seguridad y y crecimiento económico. La gente no tendrá que emigrar a los 50 estados. Muchos puertorriqueños podrán regresar a la Isla, incrementando la demanda por servicios, viviendas y negocios que generan nuevos empleos.
El ELA es el yugo que nos mantiene atados y marginados como ciudadanos de segunda clase. Luchemos para salir del hoyo. Vota por el orgullo puertorriqueño. Rechaza el ELA fracasado y vota por la estadidad, que sí garantiza un futuro seguro.