Mensaje ante la Asamblea General de la ONU 24 de septiembre del 1982
Mensaje ante la Asamblea General de la ONU
24 de septiembre del 1982
Hernán Padilla
Señor Presidente, Distinguidos Representantes a la Asamblea General;
Yo soy Hernán Padilla, Delegado de la Representación de los Estados unidos.
Me honro en ser el Alcalde de la Ciudad Capital de Puerto Rico, la ciudad más grande de la Isla. He sido exponente y participante activo del proceso político de Puerto Rico durante los últimos 15 años. Aunque mi profesión n es medico, fui electo a la Cámara de Representantes de Puerto Rico en 1968 t 1972; y electo Alcalde de San Juan en 1976 y re-electo en 1980.
Puerto Rico ha vivido bajo un gobierno constitucional desde 1952, pero reconocemos que los cambios políticos son un proceso continuo y que los partidos políticos en Puerto Rico buscan el apoyo del pueblo para alcanzar sus metas conforme a su criterio partidista o ideología de gobierno.
Desde principios del Siglo 20, La Isla se ha desarrollado en distintas etapas dentro de la relación que nos ha unido con los Estados Unidos, durante todo este siglo.
En 1917 se extiende la Ciudadanía de los Estados Unidos a los puertorriqueños y desde entonces cualquier ciudadano que nace en Puerto Rico es ciudadano americano con el derecho a la protección de sus leyes y disfrute de sus derechos.
En 1952 Puerto Rico organiza un gobierno interno regido por una Constitución y refrendado por la comunidad internacional en 1953.
Es pertinente señalar que durante los últimos treinta (30) años las fuerzas políticas-ideológicas han observado cambios sustanciales; y que, mientras los partidos que propulsan la independencia han perdido respaldo electoral, de un `19% en 1952 a menos de 6% en 1980, y el partido que respalda el Estado Libre Asociado bajo del 65% a 47%, mientras que solamente y enfatizo, solamente los partidos que defienden el derechote Puerto Rico a convertirse en estado han aumentado progresivamente en cada contienda electoral de 13% en 1952 hasta 47.2% en 1980. En las últimas elecciones, el Partido Independentista, obtuvo tan bajo respaldo electoral que no pudo elegir ni un solo legislador ni un solo alcalde.
El pueblo puertorriqueño es un firme creyente del proceso democrático. Nosotros celebramos elecciones cada cuatro años y más del 80% de los electores acude a emitir su voto. El resultado es verdaderamente representativo de de la voluntad popular.
Es precisamente ese pueblo que reconoce que los Estados Unidos sostiene una clara política de auto-determinación, y que aceptará, defenderá e implantará la decisión puertorriqueña sobre el asunto del status
Las ultimas cuatro administraciones de los Estados Unidos, la Presidencia y el Congreso han reafirmado su compromiso de respetar y defender el derecho del pueblo de Puerto Rico a determinar su futuro político a través de un proceso pacifico, abierto y democrático.
Recientemente el Presidente Reagan dijo, que aunque el respaldaba la estadidad par Puerto Rico si esa era la selección de los puertorriqueños su administración aceptará la decisión de la mayoría del pueblo de Puerto Rico.
Yo reconozco que el Congreso y la Presidencia de los Estados Unidos defienden el derecho de nuestro pueblo a decidir cual debe ser nuestra relación política con los Estados Unidos.
Nuestra evolución política continúa. Eventualmente habrá una nueva consulta con el pueblo para enmendar nuestra Constitución o cambiar nuestra relación política con los Estados Unidos, pero debe quedar bien claro la decisión es nuestra.
La posición expresada por los Estados Unidos y dirigentes puertorriqueños en el pasado es que la relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos es un asunto que compete a Puerto Rico y Los Estados Unidos.
Así también lo expresaron Don Luis A. Ferré el 2 de septiembre de 1982 y Carlos Romero Barceló en su testimonio ante la ONU en 1978; los verdaderos lideres electos y representantes auténticos del Partido e mayoría en Puerto Rico.
Yo, con la fuerza electoral que me confiere el respaldo electoral del pueblo, sostengo que somos nosotros los puertorriqueños los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro sistema de gobierno y nuestra relación política con los Estados Unidos.
La intervención e interferencia internacional afecta ese derecho e introduce un factor ajeno al proceso histórico que ocurre en Puerto Rico.
Puerto Rico no es un problema internacional ni quiere serlo. Tenemos la capacidad, la experiencia democrática y los mecanismos legales y legislativos para consultar al pueblo.
La comunidad internacional ha reconocido los hechos en el pasado y debe reconocerlos en el presente.
Puerto Rico adoptó su propia constitución a principios de la década del 50 y la Asamblea General la refrendó a través de la Resolución 748 del 1953, que confirmaba que Puerto Rico había ejercido el derecho a la autodeterminación mediante un proceso democrático y que las Resoluciones relativas a los territorios sin gobierno propio no aplican a Puerto Rico.
Esa misma Resolución (748) sostiene que cualquier cambio en las relaciones entre Puerto Rico y los estados Unidos tomará en cuenta la voluntad del pueblo puertorriqueño y de los estados Unidos.
En 1959 la Asamblea General aprobó la Resolución 1469 (XIV) reconociendo que Alaska Y Hawai habían logrado gobierno propio al ser admitidos como estados de la unión y le da validez real, de jure y de facto, a la integración política como una forma aceptable a la comunidad internacional.
En ese mismo proceso histórico, la Asamblea General aprobó la Resolución 1541 (XV) en la que enumera y define que un territorio ha alcanzado la plenitud de gobierno propio cuando: (1) pasa a ser un estopo independiente, (2) establece asociación o (3) se integra a otro estado independiente.
Creo apropiado haber hecho referencia a estas Resoluciones de la Asamblea general porque todas tienen relación con Puerto Rico, ya que establece las alternativas disponibles al pueblo puertorriqueño.
Sin embargo, durante los últimos años, se ha continuado con la gestión para que la Asamblea General se revoque a si misma e intervenga con el derecho del pueblo de Puerto Rico a la verdadera auto determinación y nos limite para resolver nuestro status político.
No puede haber selección sin alternativas; no puede tomarse determinación en un asunto si no hay opciones; no puede ejercerse el derecho a escoger una forma política si se niegan todas las demás; no se puede hablar de auto determinación si obligan a Puerto Rico a tomar el camino que ha sido rechazado por el 95% del electorado puertorriqueño.
El pueblo puertorriqueño tiene el derecho constitucional, dentro del marco de las relaciones políticas con los Estados Unidos, y sostenido por nuestra propia Constitución, de alterar y enmendar nuestra Constitución de acuerdo a nuestras propias necesidades y convicciones políticas e ideológicas.
Las Naciones Unidas en su Resolución 1541 (XV) y Principio VUU defiende ese derecho.
Negarnos ese derecho será intervenir en nuestro propio destino y contra nuestra propia Constitución. Ante este análisis histórico y legal es que la comunidad internacional debe asumir una posición objetiva sobre Puerto Rico.
Como he indicado, Puerto Rico ha evolucionado en el campo político durante las ultimas décadas y estamos orgullosos de nuestro avance económico, tecnológico e industrial. El Producto Bruto alcanzó los doce mil millones de dólares, el ingreso personal mas de cuatro mil dólares y el ingreso familiar mas de once mol dólares por familia (datos del 1980)
Indudablemente la recesión y los problemas mundiales nos afectan, pero contemplamos el futuro con fe en nuestra capacidad para sobreponernos y continuar con el progreso a que aspira Puerto Rico.
Somos un pueblo enamorado de nuestra cultura, historia, idioma y tradiciones. Somos defensores activos del fortalecimiento artístico y cultural. Estamos dedicando recursos y esfuerzos para garantizar una buena educación a nuestros hijos. Hoy en di anas de 900,000 puertorriqueños se encuentran estudiando en distintos noveles educativos, más de uno e cada cuatro puertorriqueños. Tenemos al alcance las más diversas facilidades para el teatro, la música y otros géneros artísticos.
Los pueblos latinoamericanos y de herencia hispana pueden tener la seguridad que nuestra relación política con los estados unidos no cambia nuestros sentimientos e identificación cultural.
Aun así, nuestro status político continúa siendo un asunto de primordial importancia en nuestra propia agenda del presente y del futuro. El proceso para lograr cualquier cambio será uno que demuestre nuestro avanzado desarrollo político y continua vivencia del proceso democrático
Respetuosamente solicito que se una a nosotros para sostener la decisión del Comité general de rechazar la inscripción de la cuestión e Puerto Rico en la agenda de la Asamblea General
Nuestro sistema democrático no necesita de la intervención de la comunidad internacional. Nosotros los puertorriqueños y solo nosotros decidiremos como y cuando alterar nuestro status político.
Es nuestra responsabilidad. Es nuestro derecho. Es nuestro destino. Muchas gracias.