Fracasó el experimento político-económico del ELA-territorial-colonial, ENDI,25 sept, 2013
Fracasó el experimento político-económico
Hernán Padilla
El modelo político-económico está exhausto desde hace décadas y para que Puerto Rico sobreviva como sociedad es imperativo cambiar ambos.
La evidencia del fracaso abunda: el colapso fiscal gubernamental y de la economía puertorriqueña; la pobreza que afecta a más del 50% de la población; 40 municipios bajo el nivel federal de pobreza y en condición de insolvencia operacional; y la emigración de los sectores productivos y el consecuente envejecimiento de la población que requiere mayor atención a nivel social.
La crisis creada por la deuda del gobierno central y las corporaciones públicas ha resultado en la degradación del crédito de Puerto Rico casi a nivel de chatarra a consecuencia de la falta de credibilidad del régimen colonial.
Esta situación provoca un déficit en el gobierno que le obliga a refinanciar sus obligaciones, pero la capacidad del gobierno colonial para continuar financiando su deuda ha llegado casi a su fin. Por eso, las acreditadoras como Moody’s, S&P Y Fitch reconocen que la deuda del ELA es mucho más arriesgada que su clasificación vigente, y auguran que será inevitable la inminente degradación a chatarra.
Otra realidad del estatus colonial es su intervención en todos los sectores económicos, la asfixiante burocracia gubernamental y la lenta otorgación de permisos que evita que inversionistas promuevan proyectos y nueva actividad económica.
Este aparato gubernamental gigantesco impide el desarrollo adecuado de los inversionistas privados. El gobierno ahoga a los grandes, los medianos y pequeños con restricciones, contribuciones y requisitos que son impedimentos.
La emigración masiva de las clases más productivas, que contribuyen a la economía local, traerá consigo una contracción sin precedentes de la base contributiva del gobierno y la mayor insolvencia gubernamental.
Al reducirse drásticamente el segmento poblacional productivo, proporcionalmente crece el sector improductivo (dependiente). El impacto negativo de la migración sobre la industria de la vivienda requiere un plan poblacional especial ya que existen miles de unidades de vivienda vacías.
Urge implantar un plan comprensivo para el desarrollo económico y recuperación de Puerto Rico que incluya una determinación final sobre el status político. Si no se resuelve el problema del status de Puerto Rico, será imposible evitar y revertir el colapso total social, político y económico.
La admisión de un estado a la Unión es un evento excepcional y una vez Puerto Rico se incorpore los ojos de la nación y del mundo se enfocarán en nosotros. Fortalecidos por nuevos recursos, participaremos activamente en los mercados globales a los que EEUU tiene acceso. Con dicho crecimiento económico acelerado se reducirán drásticamente el desempleo y la pobreza al igual que nuestra dependencia en el Tesoro federal.
Por el contrario, las proyecciones económicas del Presidente de la Junta de Planificación para el 2014 son de un decrecimiento de -0.8 para el producto nacional bruto real. Peor aún, al ritmo actual, la erradicación de la pobreza podría tomarnos un siglo según un estudio realizado por Hernán Vera, Decano del Colegio de Estudios Graduados en Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad de PUCPR.
Ante el fracaso del experimento político-económico del actual estatus si no se resuelve nuestro destino político continuaremos en una espiral descendente sin recursos para mitigar los graves problemas que enfrentamos.
Aunque reconocemos que no todos los problemas de Puerto Rico están vinculados al estatus político, no hay duda de que la crisis fiscal actual – la más grande en nuestra historia – no se va a resolver con un modelo económico que colapsó y una decadente y deficiente administración pública.
Sólo podemos lograr una solución inmediata y permanente con un cambio de estatus hacia la unión permanente. Si no lo hacemos, la grave situación fiscal y de desigualdad que arropa a Puerto Rico continuará aumentando hasta que nos destruya.