Archive for May, 2014

Poderes del nuevo estado de Puerto Rico; lunes 26 de mayo, 2014; ENDI

Poderes de ser Estado 26 de mayo, 2014

Hernán Padilla

El nuevo estado de Puerto Rico ganará poderes constitucionales, políticos y económicos que garantizarán estabilidad, seguridad, progreso y soberanía para Puerto Rico y los puertorriqueños.

La Décima Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos claramente establece la soberanía de los estados: “los poderes que la Constitución no delega al gobierno federal ni prohíbe a los estados, quedan respectivamente reservados a los estados o al pueblo”. Con la estadidad, Puerto Rico adquiere soberanía al quedar equiparado con los otros cincuenta estados soberanos de la Unión.

Además de la soberanía compartida de los estados, el poder político y económico que la admisión como estado representaría para Puerto Rico será el factor que potencie las fuerzas para el progreso, desarrollo económico y mejoramiento en la calidad de vida a que aspiran todos los puertorriqueños.

Queremos alcanzar el mismo progreso y desarrollo que es evidente en todos los estados de la unión. Reclamamos el poder político y la fuerza de la igualdad de derechos y responsabilidades que representa la ciudadanía americana bajo la protección de la Constitución de los Estados Unidos. El entusiasmo de un pueblo sin la carga discriminatoria colonial nos dará el poderío y recursos para conducir a Puerto Rico hacia un futuro mejor que el vivido en más de cinco siglos de coloniaje.

El poder político de dos senadores y cinco congresistas y la participación en elecciones presidenciales y en el gobierno nacional traerá consigo un trato igual al de todos nuestros conciudadanos americanos. La ciudadanía dejaría de estar degradada por la segregación y el discrimen político del estatus-territorial.

El poder de ser un estado bilingüe con nuestra propia cultura, resultado de la fusión de grandes culturas, nos abrirá las puertas para convertirnos en un enlace natural entre América Latina y los Estados Unidos. Seremos forjadores de nuestro propio destino y dejaremos de ser la colonia más antigua del planeta. Nos liberaremos del estatus temporero, frágil y sumido en la pobreza que representa el ELA-colonial. Seremos líderes en el mundo Hispano.
Ser un estado de los Estados Unidos tiene una estatura y una credibilidad poderosa a nivel mundial en todos los campos políticos, económicos, comerciales, industriales y científicas que nos abrirá las puertas a nivel internacional.

Como un estado, Puerto Rico sería reconocido como parte integral de la nación más rica y poderosa del planeta y será participe del sistema democrático más sólido del mundo.

La seguridad, solvencia y estabilidad política tendrán un poder considerable para atraer inversionistas y nuevas industrias que generen empleos. Cuando el gobierno del Estado del Puerto Rico o los puertorriqueños hagan contactos para generar interés en desarrollar negocios en la isla llevarán consigo una carta de presentación distinta a la del actual status sin reconocimiento, temporero, decadente y desacreditado.

La admisión de la Isla como estado generará una enorme promoción y publicidad en los 50 estados y a nivel mundial que se traducirá en un crecimiento turístico vigoroso como ocurrió en Hawái desde su ingreso en 1959. La demanda de servicios para las industrias de turismo, hotelera, de transportación, vivienda, y entretenimiento y otras, creará miles de nuevos empleos, así como innovadoras empresas locales.

Tan pronto el Congreso admita a Puerto Rico como estado se revertirá el éxodo masivo que ha ocurrido. Una vez admitidos, la seguridad de la estadidad atraerá nueva población y una vigorosa economía que rescatará miles de viviendas vacías o abandonadas y revivirá la industria de la construcción a niveles sin precedentes.

Los puertorriqueños, en todas las partes del mundo, viviremos orgullosos de que nuestra isla haya adquirido su igualdad como ciudadanos americanos y el poder político necesario para garantizarle un mejor futuro a las nuevas generaciones de familias puertorriqueñas. La Estadidad es igualdad, orgullo y progreso para cada uno de nosotros, en esta hermosa isla.

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Proyecto de País o Estado 51, lunes 12 de mayo, 2014, ENDI

Proyecto de País o Estado 51
Hernán Padilla
Indudablemente, el colapso económico y socio-político del ELA es responsable del éxodo masivo de puertorriqueños buscando un mejor futuro. Es igualmente innegable que la administración de la colonia hace todo lo posible por impedir una solución permanente del status con el propósito de encaminarnos hacia una relación distinta con nuestra Nación Americana.

En su desesperación, varias propuestas de la administración Popular para tratar de paliar la crisis no tienen cabida dentro del marco legal y constitucional americano. Noten que el Informe de la efímera Mesa de Acción para la Competitividad y el Crecimiento de Puerto Rico, más que un plan de desarrollo parece un reclamo de soberanía incongruente con el marco constitucional americano.

Sus recomendaciones pretenden que Washington considere a la Isla como una nación independiente para acordar tratados comerciales y otros, incluyendo eximirla de la cláusula del Comercio Interestatal. Sus propuestas contienen políticas públicas que van de la mano con el llamado “nuevo país” formulado por el PPD y contradicen el reclamo de la mayoría en el plebiscito del 2012.

Recordemos que Acevedo Vilá reclamaba la soberanía bajo el lema de “nuevo país”, una especie de república asociada basada en un supuesto “pacto bilateral” que nunca ha existido. Una republica asociada, igual que el llamado ELA culminado, ELA mejorado, o ELA soberano son sinónimos de una nación independiente con ciudadanía separada.

No obstante, el Informe sobre el Estatus de Puerto Rico del Comité de Recursos Naturales del Congreso concluyó que el llamado “ELA culminado” entraña lineamientos inconstitucionales inadmisibles para el Congreso.

Específicamente, la Administración Clinton determinó que la propuesta de un “ELA culminado” con una relación de “consentimiento mutuo” es inaceptable. La soberanía que ese modelo reclama convertiría a Puerto Rico en una nación separada de los Estados Unidos. Por tanto, fuera de la Independencia, el territorio puede solo considerar un estatus compatible con la Constitución, las leyes y la política pública de los Estados Unidos.

A la misma vez que proponen un llamado “Proyecto de país” y un “Fideicomiso para el futuro”, pretenden pedir fondos federales en bloque para disponer de los mismos a su antojo. En otras palabras, predican la “soberanía”, pero mendigan los beneficios y privilegios de la ciudadanía americana.

Los programas federales alcanzan cifras billonarias para salud, educación, seguridad, bienestar social, transportación, infraestructura, economía, industria, agencias gubernamentales y municipios.
Podemos concluir que bajo el llamado “ELA soberano, culminado o mejorado bajo la fórmula de la republica asociada” viviríamos en un país extranjero y los ciudadanos perderían todos los beneficios individuales y colectivos que ahora son parte de su ciudadanía americana, los que por el contrario aumentarán considerablemente bajo la estadidad.

No existirán el PAN, el WIC ni el seguro por desempleo. También se perderían el Head Start y educación para los niños de edad pre-escolar. Se afectarían los fondos que recibe Educación para los servicios educativos y comedores escolares. A nivel universitario, las Becas Pell, ayudas para préstamos y asignaciones para investigaciones; las familias de recursos limitados no tendrían acceso a subsidios de vivienda de la Sección 8 y perderíamos los fondos federales para la construcción, operación, mantenimiento y servicios de vivienda pública.

De vital importancia, además, resulta el hecho de que bajo una república perderíamos la protección a nuestros Derechos Civiles y libertades bajo la Constitución americana y el acceso a los foros federales que nos garantizan el disfrute de las libertades y derechos. La estadidad es la única garantía de lograr igualdad de derechos que corresponden a los ciudadanos americanos.

Es hora que esta administración defina el las fórmulas de status de la independencia disfrazada, incluyendo al ELA soberano o que someta al Secretario de Justicia una papeleta modelo de “Estadidad SI o NO” para conducir el referéndum avalado por el Congreso y Casa Blanca.

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