El pacto silvestre. endi, 18 DE AGOSTO, 2014
El pacto silvestre
Hernán Padilla
El llamado debate “silvestre” en el PPD demuestra que finalmente admiten que el ELA-colonial no es sostenible y que ya no le sirve bien a Puerto Rico para resolver los serios problemas que están destruyendo a nuestro pueblo.
Ante la crisis que priva de esperanza a las presentes y futuras generaciones, el electorado revocó su consentimiento al estatus colonial favoreciendo la estadidad con 61%, lo que no deja la más mínima duda de que los puertorriqueños atesoramos nuestra ciudadanía americana.
Este contundente resultado ha desatado en el PPD un cruento debate por definir sus versiones de estatus. La lucha entre los llamados soberanistas-independentistas y los colonialistas-nacionalistas revela que el foco de su estrategia es tratar de alcanzar un “pacto bilateral” con los Estados Unidos.
Las propuestas que han salido a la luz pública oscilan entre el “ELA soberano”, “ELA culminado” y “ELA refundado” que son en efecto una republica asociada. En su intento por retener aquellos populares que rehúsan arriesgar su ciudadanía americana, proponen “negociar” para retenerla.
El Artículo I de la Constitución obliga al Congreso a que las leyes que afectan la ciudadanía sean “uniformes” en “toda” la nación. La enmienda XIV de la Constitución consigna que: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en EEUU y sometidas a su jurisdicción son Ciudadanos de EEUU y de los Estados en que residen”.
En resumen, la ciudadanía americana es uniforme. El Congreso no puede crear una “nueva clase de ciudadano” diferente a lo que establece la Enmienda XIV. Tampoco puede ignorarse que la ciudadanía concedida a los puertorriqueños es estatutaria y que la adquirida por nacimiento en un Estado de la Unión es permanente, ya que es de carácter constitucional.
Los separatistas/soberanistas pretenden excluir a Puerto Rico de la Clausula Territorial de la Constitución que imparte al Congreso el poder de legislar sobre todos los territorios de los EEUU. La pretensión principal del “ELA-soberano o república asociada” es negociar un “pacto” bilateral entre Puerto Rico y la nación americana, “pacto” que ha sido explícitamente declarado inconstitucional por la Rama Ejecutiva y los líderes del Congreso. Entiendan que ningún “tratado” entre naciones puede enmendar la Constitución.
El PPD propone un “pacto y una ciudadanía americana diferente”, conceptos inaceptables dentro del marco constitucional americano. Bajo la independencia o la libre asociación, el Congreso revocaría prospectivamente la ciudadanía estadounidense a los que nacieron en Puerto Rico. Al convertirse Puerto Rico en una república soberana, los nacidos aquí no serían Ciudadanos Americanos.
Los que pretenden un pacto similar al de las Repúblicas Asociadas del Pacífico, ocultan que sus ciudadanos son nacionales de repúblicas independientes y NO son ciudadanos americanos. Retamos a los que proponen ese modelo a producir un solo ejemplo de una república independiente asociada con ciudadanía americana.
Parafraseando a Martin Luther King: Los que somos Ciudadanos de los EEUU retendríamos la ciudadanía, pero seríamos extranjeros en nuestra propia tierra. Estaríamos renunciando a beneficios que reciben los ciudadanos americanos en los 50 estados pero tendríamos que cumplir con todas las responsabilidades, incluyendo rendir planillas al IRS por ingresos en el extranjero.
La ciudadanía de los Estados Unidos define al puertorriqueño del Siglo 21 tanto los de aquí como a los 5 millones de ciudadanos de extracción puertorriqueña que residen en el continente. Actualmente somos Nacionales y Ciudadanos Americanos, según lo certifican documentos oficiales como el pasaporte, pero las nuevas generaciones estarían sujetas a procesos y estatutos pertinentes de naturalización, incluyendo obtener visado para viajar a Estados Unidos.
Ante esa proposición claramente perdidosa, nos reafirmamos en que los ciudadanos de los Estados Unidos residentes en Puerto Rico no merecen menos que tener iguales derechos, responsabilidades y oportunidades que sus conciudadanos en los Estados de la Unión, y que la estadidad es la única opción que nos garantiza constitucionalmente nuestra preciada ciudadanía americana.