Archive for January, 2015

Visión, aspiración y esperanza 2 de feb/2014

Visión, aspiración y esperanza lunes 2 de feb
Hernán padilla

El impacto negativo de las políticas de la administración popular y la fuga poblacional de más de 150,000 en 2014, patentizan el colapso del experimento político del ELA-colonial, y su inferioridad política que mantiene a 3.5 millones de ciudadanos americanos en la Isla clamando por un cambio que les brinde esperanza de un mejor futuro para ellos y sus familias sin tener que mudarse.

El Senador Rivera Schatz sostiene que “durante varias décadas, este pueblo vivió el espejismo de una colonia en supuesto desarrollo a base de las asignaciones federales extraordinarias después de la Segunda Guerra Mundial, financiado con fondos federales y predicado en que ese progreso podría ser permanente”. La realidad es que “El espejismo colonial se desvanece y el ELA, ya no sirve, no funciona y no tiene solución.”

Diariamente nos enteramos de un nuevo problema y de la intensificación de la crisis fiscal resultado de un gobierno guiado por la improvisación, mala administración, y conflictos éticos motivado por el partidismo.

El gobierno ignora la expresión mayoritaria que revocó el consentimiento de los gobernados a la colonia. Ha llevado la clasificación de los bonos gubernamentales al nivel especulativo (chatarra) y parece estar resuelto a arruinar a Puerto Rico incrementando la deuda a altísimos intereses.

No obstante la crisis, contratan cabilderos para negarle a los ciudadanos americanos de Puerto Rico la igualdad que garantiza la Estadidad. Sabiendo que la mayoría votará por la Estadidad en cualquier proceso avalado por el Gobierno Federal, obstaculizan el requerimiento de someter al Secretario de Justicia Federal una definición del ELA acorde con la Constitución y leyes de los EEUU.

Por un lado, el ex-gobernador Hernández Colon sostiene “tenemos que asegurarnos que las definiciones se aprueben, que lo que ponemos ahí es constitucional, de tal forma que se pueda celebrar el plebiscito”.

También reconoce que el “pueblo de Puerto Rico no apoya la independencia y que para llegar a la Libre Asociación hay que pasar por la independencia, y que Puerto Rico se convierta en un País soberano para poder pactar a nivel internacional con los Estados Unidos”. Señala además, que su objetivo es evitar pasar por la independencia, aunque sabe que ello plantea serios problemas constitucionales que no se han resuelto.

Aun así, García Padilla y Hernández Colón insisten en “pedirle al gobierno de Estados Unidos que enmiende sus leyes para que Puerto Rico obtenga poderes adicionales”. Se empeñan en desarrollar el status territorial actual, aunque el concepto ha sido rechazado por las pasadas cuatro administraciones federales.

El ELA-colonial continuará sujeto a la cláusula territorial de la Constitución. Lo que proponen se basa en las falacias del “pacto bilateral” y “consentimiento mutuo” que son incongruentes con la Constitución y que pueden ser rechazados unilateralmente por el Congreso.

En vista que el PPD rehúsa someter su definición de estatus, Pierluisi ha propuesto una consulta Estadidad ‘Si’ o ‘No’. En respuesta, Hernández Colón no ha tenido otra alternativa que reconocer que “una consulta de Estadidad ‘Si’ o ‘No’ la gana de calle la Estadidad”, y conminar a su partido a instrumentar un plebiscito con definiciones de estatus reconocidas por el Departamento de Justicia Federal.

La misión de los luchadores de la igualdad es lograr que Puerto Rico advenga a ser Estado para adquirir la plenitud de derechos, oportunidades, progreso y poder político que dicho estatus asegura, participar como iguales en el proceso democrático nacional, votar por el Presidente, tener su propia Delegación en el Congreso y convertirse en socio de la Federación de Estados que conforman los Estados Unidos.

Esa convicción ha ganado terreno aceleradamente, tal que se ha convertido en la aspiración y esperanza del Pueblo puertorriqueño, especialmente todos los que sufren los estragos del fracaso y colapso del ELA-colonial.

Aún el propio RHC admite era realidad histórica.

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Cultura e idioma (Reproducción columna 05/28/12)

Cultura e idioma

Hernán Padilla 5/28/12

Los temas de la cultura y el idioma siempre han generado argumentos que no pueden ignorarse. Con convencimiento aseveramos que la estadidad fortalece y garantiza la cultura y la identidad puertorriqueña que nacen de habernos desarrollado inmersos en dos culturas: la puertorriqueña del siglo 19 la cultura americana durante el siglo 20.

No cabe duda de que somos parte integral de la cultura americana. La cultura puertorriqueña complementa la cultura americana a la cual nos hemos integrado. Puerto Rico sentará una pauta como un estado multicultural y latino de los Estados Unidos de America. Contribuiremos a que nuestra Nación se enriquezca culturalmente.

La cultura americana, de la que formamos parte, se sostiene sobre los pilares de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos y ciudadanos. La Primera y la Decimocuarta Enmienda de la Constitución Americana le ofrecen protección igual de las leyes a las minorías culturales y lingüísticas en los Estados Unidos. La selección de idiomas oficiales es la potestad constitucional de cada Estado. De hecho, en Nuevo México el inglés y el español son los idiomas oficiales, como lo son actualmente en Puerto Rico.

Estados Unidos es una nación compuesta por grupos de personas con costumbres, valores, religiones y culturas totalmente diferentes. La nación reconoce estos derechos de los ciudadanos provenientes de todas partes del planeta. Mediante el proceso de naturalización, Estados Unidos ofrece y alienta a cualquier inmigrante que lo solicite de buena fe y cumpla los requisitos legales el privilegio de poder convertirse en ciudadano americano.

Una vez juramenta su alianza a su nueva patria, el ciudadano voluntariamente se integra político, cívico y socialmente a la nación americana, incluyendo como meta el aprendizaje del idioma inglés que une y sostiene la nación al proveer un denominador común.

Cabe destacar que muchos inmigrantes naturalizados han logrado ser electos al Congreso como Senadores y Representantes, condición que se les niega a los puertorriqueños y a todos los ciudadanos americanos que residen en la isla a pesar de que son ciudadanos americanos de nacimiento.

El uso del inglés es muy común en Puerto Rico, tanto en las agencias públicas como en la empresa privada. Por ejemplo, los planos y especificaciones de construcción para obras públicas y privadas se preparan en inglés. Las agencias estatales redactan muchos documentos en inglés para someterlos a las distintas agencias federales. Muchos de los textos usados en las universidades son en inglés, aun cuando los cursos se imparten en español.

Como recordarán, a principios de los 90 se celebró un referéndum y Puerto Rico favoreció mantener el inglés como uno de sus dos idiomas oficiales. Los estadistas apoyamos que se enseñe y se mejore la enseñanza de inglés y que ambos idiomas se impartan en las escuelas públicas. Los documentos oficiales deben redactarse en los dos idiomas oficiales y se debe atender a los ciudadanos en el idioma de la preferencia del ciudadano.

Es lógico que los proyectos de ley y las decisiones de los tribunales se publiquen en español e inglés y que estos idiomas oficiales sean los que imperen en cualquier procedimiento judicial. Después de todo, la Constitución protege el derecho de cada ciudadano a la libre expresión en el idioma de su preferencia.

Hasta ahora, el haberle limitado el beneficio de aprender y comunicarse en inglés a los puertorriqueños ha tenido el efecto negativo de que solo un pequeño grupo tenga el privilegio de ser bilingüe y como consecuencia logre mejores empleos y más oportunidades en el mundo moderno de la economía y los negocios.

Para defender ese derecho cultural puertorriqueño-americano, debemos rechazar el fracasado modelo colonial y el ELA Soberano (republica independiente asociada) y defender la verdadera unión permanente.

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PELIGROSO DETERIORO EN EDUCACION, a publicarse lunes 19 de enerp, 2015

PELIGROSO DETERIORO EN EDUCACION
HernanPadilla

La revelación de que 114,097 puertorriqueños han abandonado la Isla entre enero y septiembre del 2014—que Implica una proyección demográfica de apenas 3 millones para el año 2020—tiene que ser motivo de alarma para todos los sectores.

La fuga poblacional, particularmente del sector de edad productiva, es otra evidencia del fracaso del experimento político-económico del ELA-colonial. Entre los motivos que impulsan el éxodo masivo hacia los cincuenta estados predomina la aspiración de garantizar la mejor educación para sus hijos.

El 2014 selló el declive de las finanzas del gobierno cuando las agencias crediticias clasificaron los bonos del Gobierno Central y las principales corporaciones públicas como “chatarra” o de alto riesgo para los inversionistas. Esta caída a nivel especulativo más las erradas políticas públicas de la administración colonial se han convertido en una muralla, que junto a la merma poblacional, garantiza la continuación de la “depresión económica criolla” ya próxima a cumplir una década.

Puerto Rico no puede continuar ignorando la fuga masiva de ciudadanos competentes con potencial para generar actividad económica, El gobierno colonial parece estar empecinado en culminar la devaluación de su capital humano, empujando a nivel de “chatarra” el sistema público pre-universitario y universitario, condenando así a Puerto Rico a la bancarrota financiera y educativa, no solo de la presente sino de las próximas generaciones.

El estudio titulado “The Ascent and Decline of the Research and Graduate Studies University” in Puerto Rico1985-2014” documenta que la UPR marcó su pico de productividad y desarrollo en 2012, resultado del esfuerzo concertado de dedicados profesores—cuya contribución la presente administración parece ignorar– lograron que el recinto de Rio Piedras alcanzara la clasificación Carnegie de “Universidad Intensiva de Investigación”.

Está igualmente documentado que dicha productividad comenzó a declinar después del 2012. Esto, aunque traten de crear la ilusión de que trabajan para adecuar la productividad a las corrientes de globalización, y una política pública que, a los fines de aumentar el número de “estudiantes admitidos” sin ningún criterio de calidad, llevará la institución a un sistema de “admisión abierta” de facto.

Ante la emigración de más de 576,000 puertorriqueños en la última década y la consecuente contracción de matrícula en el sistema público– de 640,000 en los 90 a menos de 400,000 hoy–tal parece que lo mejor que se le ocurre a la UPR es menoscabar los requisitos a fin de aumentar el número de estudiantes. Prefieren esta salida fácil versus encaminar esfuerzos, difíciles pero urgentes, que garanticen que los que ingresen tengan las competencias necesarias para ser exitosos.

Como consecuencia de esta política pública populista, divorciada de lograr el aprendizaje y la competitividad, avoca a la UPR a convertirse en otro “colegio más de cuatro años”; haciéndola irrelevante como socio intelectual en la “economía del conocimiento” como herramienta para que Puerto Rico progrese.

Mientras, el Secretario de Educación informa que el Departamento no cuenta con suficientes maestros, a pesar de tener ahora una matrícula de 400,000.

Peor aún, pretenden resolver el problema rebajando los requisitos para los nuevos maestros a solo 15 créditos en la materia de enseñanza, y a un índice de 2.70, que apenas equivale a una clasificación de C. Pretenden también que nuestros estudiantes cumplan con las expectativas del gobierno federal y que estén preparados para estudios universitarios, y propiciar una nueva generación de puertorriqueños competitivos en la “sociedad del conocimiento”

Mientras tanto, miles de maestros cualificados continúan uniéndose al éxodo en busca de mejores condiciones de trabajo, ingresos, y calidad de vida. Ante el deterioro del sistema de educación pre-universitaria y el futuro incierto de la universidad del estado, familias enteras continúan mudándose a los 50 estados en busca de la igualdad de derechos, oportunidades y progreso que les niega el estatus colonial del mal llamado Estado Libre Asociado.

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Rindamos tributo a Hostos, por Jose Rodriguez-Suarez 01/11/15

Rindamos tributo a Hostos
Jose Rodriguez-Suarez

El 11 de enero conmemoramos el natalicio de Eugenio María de Hostos. Quien no haya leído a Hostos y tratara de entender su pensamiento a través de la página web de quienes se hacen llamar “hostosianos” podría creer que Hostos fue precursor del Socialismo del Siglo XXI, exponente originario de la llamada “democracia participativa” y fuente de inspiración para quienes por sus críticas parecerían considerar a Estados Unidos como el principal responsable de los males del mundo. Nada más lejos de la verdad. El contraste entre Hostos, según sus palabras, y Hostos, según el pensamiento de los llamados “hostosianos”, es asombroso.

Para empezar, Hostos no era socialista; no creía en la propiedad socializada estatalmente. Hostos entendía la propiedad privada como un derecho natural del individuo a beneficiarse del producto de su trabajo. Según José Luis Méndez en su libro Hostos y las Ciencias Sociales, para Hostos, al igual que para Frédéric Bastiat, las palabras claves de la economía estaban contenidas en la frase “laissez faire, laissez passer”. Es decir, que Hostos creía en la completa libertad de la economía.

Los llamados “hostosianos” aspiran a sustituir nuestro sistema de democracia representativa por un sistema de “democracia participativa” entendiendo la “participación ciudadana” como un proceso en la construcción de una nueva sociedad socialista como en la Venezuela de Chávez y Maduro. Sin embargo, Hostos, a base de su conocimiento de los Estados Unidos, consideraba que la democracia representativa es el mejor sistema de gobierno. Asimismo, reconocía a los partidos políticos como grupos representativos de los intereses sociales y los consideraba como “el camino por donde la mejor opinión llega a ley.”

Para Hostos el voto era la mejor manera de que el pueblo exprese su voluntad. Por eso proponía un plebiscito en el que los puertorriqueños pudieran escoger entre la estadidad y la independencia como opciones igualmente legítimas y dignas. Sin embargo, los llamados “hostosianos” proponen una llamada “asamblea constituyente” mediante la cual un grupo de personas, a nombre del pueblo, tendría el poder de gestionar y negociar un cambio de estatus sin que el mismo hubiera sido solicitado previamente mediante un voto mayoritario.

Hostos favorecía la independencia pero hubiera aceptado la estadidad si esa hubiera sido la voluntad de los puertorriqueños expresada en las urnas. Escribió Hostos que “si Puerto Rico pide en plebiscito la anexión, yo la saludaré como una victoria de la dignidad colectiva de los puertorriqueños”. Quienes se hacen llamar “hostosianos”, sin embargo, se autoproclaman representantes de nuestro pueblo ante la comunidad internacional con la pretensión de que Estados Unidos haga de Puerto Rico un país independiente contra la voluntad mayoritaria de los puertorriqueños.

Lejos de ser antiamericano, Hostos era un ferviente admirador de los Estados Unidos y de su sistema de gobierno. Para Hostos en el sistema americano de gobierno descansan las bases de “la única sociedad humana en que el hombre es hombre, porque es la única que, desde Jefferson, en la augusta Declaración de Independencia, ha tomado como base de organización la vida de los hombres, la libertad de los hombres y el derecho de los hombres a procurar por sí mismos la obtención de su felicidad.”

Tal era la admiración de Hostos por los Estados Unidos que planteó la necesidad de americanizar a Puerto Rico durante “un protectorado temporal de veinte años” como “mentorado de libertades y progresos” en preparación para la independencia. Hostos deseaba “poner al pueblo puertorriqueño en aptitud de vivir a la manera del pueblo americano.” Para Hostos era necesario “cambiar de ideas, de hábitos, de costumbres, de vida, aprovechando el ejemplo del pueblo que hemos tomado por maestro, y usufructuando sus instituciones políticas, económicas, administrativas y culturales, hasta el punto de que asemejarnos a ellos en cuanto el trabajo, el gobierno, la educación y la cultura general, puede contribuir a hacer semejantes dos sociedades de tan distinto origen.”

Escribió Orwell en 1984 que quien controla el pasado controla también el futuro. Por eso, tergiversando y manipulando la historia, algunos pretenden que cataloguemos de patriota a un dinamitero y que reconozcamos a un paladín de la libertad y el derecho como el portaestandarte del ideario socialista y la vocación totalitaria de una agrupación política. Tal vez la mejor manera de rendir tributo a Hostos es hacer posible que nuestros hijos puedan conocer a Hostos según sus escritos, discursos, conferencias y entrevistas —sin intermediarios ni intérpretes— y no a través de quienes se sirven de su imagen para fines políticos. Rindamos tributo a Hostos.

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Cuba y Puerto Rico, 01/05/15 END

Cuba y Puerto Rico 01/05/15
Hernán Padilla

El Presidente Obama anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU indicando que iniciarían conversaciones para establecer algunos acuerdos mutuos. Esas discusiones no pueden ignorar el reclamo que Cuba sea un país democrático libre de la dictadura que le niega a sus ciudadanos los más fundamentales derechos civiles y humanos.

La Sociedad Interamericana de Prensa reclamó que los “derechos humanos, libertades de expresión y prensa, la liberación de periodistas encarcelados y toda persona presa por su forma de pensar; las garantías “de libertades individuales y sociales, el respeto por la labor del periodista y el derecho del público a la información” deben ser la base para cualquier acuerdo.

Es imprescindible considerar la política pública de Estados Unidos y la Ley de Democracia Cubana de 1992 (Ley Torricelli), que establece “que EEUU buscará una transición pacífica a la democracia en Cuba mediante la aplicación de sanciones al gobierno cubano”.

Como condiciones para que el Congreso considere enmendar las leyes vigentes, el gobierno cubano debe celebrar elecciones libres e imparciales, darle tiempo a la oposición a organizarse, respetar las libertades civiles y los derechos humanos y establecer un sistema económico de libre comercio.

En Puerto Rico el Senado de PR rindió un informe durante 1994 sobre el impacto al turismo cuando ocurriera la apertura de Cuba y en el 2007 Orlando Parga legisló para crear el Instituto Puertorriqueño para la Asistencia Mutua con Cuba Democrática.

Durante a años, el analista Arturo Guzmán le ha advertido al gobierno y los sectores que impulsan la economía puertorriqueña que se prepararan para cuando Cuba se reintegrara como un competidor en el comercio y turismo Caribeño.

La década de mayor crecimiento en la historia económica de PR fue la de 1960-1970 y la razón fundamental fue el retiro de Cuba como factor competitivo regional según explica Arturo Guzmán. Proyectó además, que una vez Cuba se reintegre como competencia regional, si no ha ocurrido un cambio del estatus político-económico de Puerto Rico, la Isla sufrirá un impacto devastador a la maltrecha economía debido al fracaso del ELA.

Guzmán sostiene que aseverar que el ELA-colonial pudiera beneficiarse de la “reapertura” de Cuba es completamente errado. Puerto Rico no es único en el ofrecimiento de productos y servicios a una Cuba post-embargo. Los que creen que PR tendrá ventaja ignoran la competencia de estados de la unión, que tienen el poder político, mejores recursos y costos más bajos; y que hemos perdido la exclusividad de acceso al mercado estadounidense por los tratados de libre comercio con Canadá, Méjico, Panamá y muchos otros.

“Antes del 1959, Cuba era el primer destino turístico del Caribe. El 70% de los visitantes procedía de EEUU, así que la reapertura de Cuba constituirá una irresistible atracción y recuperarían los mercados perdidos, incluyendo los barcos cruceros que añadirían a Cuba en sus itinerarios a expensas de Puerto Rico.

En cualquier reunión, nuestra delegación de EEUU también tiene la obligación de representar a sus Ciudadanos en Puerto Rico. No puede ignorar que los Castro no han escatimado esfuerzos para subvertir nuestro derecho constitucional a convertir a Puerto Rico en estado.

En 1982, cuando fui Representante Alterno de los EEUU, me dirigí a la Asamblea General de la ONU para recordarle a Cuba y sus cómplices que “la relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos es un asunto que, como ciudadanos americanos, solo le compete a Puerto Rico y los Estados Unidos.

Le recuerdo al Presidente Obama, que hablando a nombre de los Estados Unidos, expresé que “la intervención internacional afecta ese derecho e introduce un factor foráneo al proceso histórico que transcurre en Puerto Rico. Siempre he sostenido “que somos nosotros los puertorriqueños los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro destino político”.

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