Cuba y Puerto Rico, publicada 01/05/15
Cuba y Puerto Rico 01/05/15
Hernán Padilla
El Presidente Obama anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU indicando que iniciarían conversaciones para establecer algunos acuerdos mutuos. Esas discusiones no pueden ignorar el reclamo que Cuba sea un país democrático libre de la dictadura que le niega a sus ciudadanos los más fundamentales derechos civiles y humanos.
La Sociedad Interamericana de Prensa reclamó que los “derechos humanos, libertades de expresión y prensa, la liberación de periodistas encarcelados y toda persona presa por su forma de pensar; las garantías “de libertades individuales y sociales, el respeto por la labor del periodista y el derecho del público a la información” deben ser la base para cualquier acuerdo.
Es imprescindible considerar la política pública de Estados Unidos y la Ley de Democracia Cubana de 1992 (Ley Torricelli), que establece “que EEUU buscará una transición pacífica a la democracia en Cuba mediante la aplicación de sanciones al gobierno cubano”.
Como condiciones para que el Congreso considere enmendar las leyes vigentes, el gobierno cubano debe celebrar elecciones libres e imparciales, darle tiempo a la oposición a organizarse, respetar las libertades civiles y los derechos humanos y establecer un sistema económico de libre comercio.
En Puerto Rico el Senado de PR rindió un informe durante 1994 sobre el impacto al turismo cuando ocurriera la apertura de Cuba y en el 2007 Orlando Parga legisló para crear el Instituto Puertorriqueño para la Asistencia Mutua con Cuba Democrática.
Durante a años, el analista Arturo Guzmán le ha advertido al gobierno y los sectores que impulsan la economía puertorriqueña que se prepararan para cuando Cuba se reintegrara como un competidor en el comercio y turismo Caribeño.
La década de mayor crecimiento en la historia económica de PR fue la de 1960-1970 y la razón fundamental fue el retiro de Cuba como factor competitivo regional según explica Arturo Guzmán. Proyectó además, que una vez Cuba se reintegre como competencia regional, si no ha ocurrido un cambio del estatus político-económico de Puerto Rico, la Isla sufrirá un impacto devastador a la maltrecha economía debido al fracaso del ELA.
Guzmán sostiene que aseverar que el ELA-colonial pudiera beneficiarse de la “reapertura” de Cuba es completamente errado. Puerto Rico no es único en el ofrecimiento de productos y servicios a una Cuba post-embargo. Los que creen que PR tendrá ventaja ignoran la competencia de estados de la unión, que tienen el poder político, mejores recursos y costos más bajos; y que hemos perdido la exclusividad de acceso al mercado estadounidense por los tratados de libre comercio con Canadá, Méjico, Panamá y muchos otros.
“Antes del 1959, Cuba era el primer destino turístico del Caribe. El 70% de los visitantes procedía de EEUU, así que la reapertura de Cuba constituirá una irresistible atracción y recuperarían los mercados perdidos, incluyendo los barcos cruceros que añadirían a Cuba en sus itinerarios a expensas de Puerto Rico.
En cualquier reunión, nuestra delegación de EEUU también tiene la obligación de representar a sus Ciudadanos en Puerto Rico. No puede ignorar que los Castro no han escatimado esfuerzos para subvertir nuestro derecho constitucional a convertir a Puerto Rico en estado.
En 1982, cuando fui Representante Alterno de los EEUU, me dirigí a la Asamblea General de la ONU para recordarle a Cuba y sus cómplices que “la relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos es un asunto que, como ciudadanos americanos, solo le compete a Puerto Rico y los Estados Unidos.
Le recuerdo al Presidente Obama, que hablando a nombre de los Estados Unidos, expresé que “la intervención internacional afecta ese derecho e introduce un factor foráneo al proceso histórico que transcurre en Puerto Rico. Siempre he sostenido “que somos nosotros los puertorriqueños los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro destino político”.