Centenario de la Ciudadanía Americana, lunes 27 de febrero, 2017
lunes, 27 de febrero de 2017
Centenario de la ciudadanía americana
Después de 119 años como territorio, se acerca la solución permanente a nuestra relación política con Estados Unidos. El fiscal general Jeff Sessions tiene ante su consideración las definiciones de status para determinar si cumplen con las leyes y la Constitución. Tendremos que escoger entre la estadidad con ciudadanía americana garantizada o la independencia/libre asociación que la rechaza.
El 2 de marzo se conmemora el centenario de la ciudadanía, un momento histórico que sentó las bases para que Puerto Rico se fuera integrando a la cultura social, política y económica americana. Se cumplen 100 años desde que el Acta Jones de 1917 le otorgó la ciudadanía a los puertorriqueños.
El Acta de Naturalización de 1941 garantizó que las personas que nacen en una jurisdicción subordinada serían ciudadanos de Estados Unidos. La Ley del Gobernador Electo de 1947 expandió el alcance de la Constitución estadounidense a los puertorriqueños y estableció que los derechos, privilegios e inmunidades se respetarían en este territorio hasta el mismo grado que si fuese un estado.
En 1952 ratificamos en la Constitución de Puerto Rico “nuestra unión con Estados Unidos”: “Consideramos factores en nuestra vida la Ciudadanía de Estados Unidos y enriquecer nuestro acervo democrático y disfrute de sus derechos y prerrogativas”. La ciudadanía establece que somos nacionales americanos y que nuestra nación jurídica y política es Estados Unidos.
La ciudadanía es parte de nuestro perfil y define al puertorriqueño del siglo 21. Las leyes y programas federales que nos tratan como estado, la designación del Tribunal de Distrito federal bajo el Artículo III de la Constitución federal, la presencia de agencias federales en la isla, y la integración de la cultura puertorriqueña a la cultura nacional son parte del diario vivir.
No nos conformamos con una ciudadanía americana a medias, aspiramos a un futuro mejor. Como ciudadanos americanos reclamamos la plena participación en el gobierno federal; igualdad en los derechos civiles; la estabilidad política-económica; el desarrollo socio-económico y los beneficios y responsabilidades iguales al resto de la nación.
A pesar de los logros como ciudadanos, los residentes en la Isla están sujetos a un sistema político que le niega igualdad como ciudadanos, incluyendo no poder votar por el presidente y elegir representación congresional.
La independencia, con o sin libre asociación, es contraria al orden constitucional americano y no es opción para 3.4 millones de ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico ya que perderíamos los beneficios que nos garantiza la ciudadanía. Los Grupos de Trabajo de Casa Blanca y el Departamento de Justicia han expresado que si Puerto Rico opta por la independencia o la libre asociación, los que nazcan en la nueva nación no serán ciudadanos americanos.
El debate iniciado por el Partido Popular Democrático (PPD) sobre la ciudadanía expone la estrategia de los defensores de la “independencia con o sin libre asociación” para poder persuadir a sus correligionarios que no están dispuestos a sacrificarla.
Alegan que “atesoran” la ciudadanía americana, pero quieren tener embajadas, determinar cuáles agencias federales tendrían injerencia, negociar y suscribir tratados internacionales, dictaminar la ayuda federal, y hasta ciudadanía de España (como García Padilla), entre otros.
La Declaración de Independencia de Estados Unidos proclama que “los gobiernos, derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados”. En el plebiscito del 2012, con la participación del 81% del electorado, un 54% revocó el consentimiento de los gobernados al status-colonial, y un 61% favoreció la estadidad.
El centenario de la ciudadanía americana anuncia que llegó el momento para descartar un status que se ha convertido en impedimento para nuestro desarrollo y para reafirmar que queremos la unión permanente con plena igualdad y las garantías, seguridad y progreso que representa nuestra ciudadanía americana.
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