Solución a la crisis de energía, lunes 26 de febrero, 2018
lunes, 26 de febrero de 2018
Solución a la crisis de energía
Hernán Padilla
Los problemas y la crisis fiscal de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) siguen dominando la atención del país. La AEE está quebrada económica y operacionalmente, sin crédito y sin credibilidad entre los bonistas, ni acceso al mercado de valores. No está capacitada para resolver la crisis de energía que afecta todos los sectores. Se considera necesario transformar el sistema de generación de energía eléctrica en uno moderno, eficiente y menos costoso.
Se dijo que “si la AEE no recibía una inyección de dinero urgentemente comenzaría a reducir su capacidad de generación próximamente, y se quedaría sin fondos para el 2 de marzo”. La crisis era tan grave que consideraron suspender empleados, interrumpir operaciones de plantas, y hasta racionar el servicio.
Los huracanes destruyeron la infraestructura, ya deteriorada por falta de mantenimiento y modernización. La AEE no tiene recursos para los gastos operacionales, incluyendo comprar gas o petróleo para generar energía consistentemente. La AEE informó que apenas tenían combustible para solo una semana en algunas centrales y para tres semanas en otras.
La jueza Laura Swain rechazó la petición inicial de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) para un préstamo de $1,000 millones para la AEE y ante la falta de liquidez para seguir funcionando redujo la petición a $300 millones y aceptaron las condiciones para que fuera aprobado por Swain, incluyendo intereses fijos al 5%.
Las vistas trajeron a la discusión pública que el fondo de inversiones Solus y Scotiabank, que financiaron fondos para comprar petróleo apoyaron el préstamo, pero no así otro grupo de bonistas. Los fondos fueron limitados en cuanto a su uso, pero la AEE podría comprar energía a AES y Eco Eléctrica y combustible a Fenosa, Puma y Freepoint. No podrá usarlos para pagar abogados y horas extras de empleados. La AEE incurrirá en gastos de $25.8 millones por abogados y asesores para el Titulo III y se proyecta que pagará $24.5 millones por horas extras a sus empleados por las próximas 13 semanas. Tendrá que usar sus propios recursos.
Para justificar el préstamo de $1 billon, el Gobernador sostuvo que “estamos en una situación precaria y que la información presentada era cierta y correcta”. La Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (Aafaf) y la JSF enfatizaron que era necesario para proveer electricidad. Presentaron un plan de contingencia y acciones preventivas, reducir las reservas de energía y ahorrar combustible. Dicho plan obligaba a reducir las reservas de unos 450 megavatios a 300 megavatios. De hecho, apagaron las turbinas de Mayagüez y Palo Seco que usan combustible más caro y podían ahorrar $9 millones mensuales. Sin embargo, aseguraron que el plan no incluía apagones selectivos.
Por otro lado, Rosselló hizo múltiples gestiones para lograr que el Tesoro desembolsara el préstamo aprobado porel Congreso de unos $4,700 millones para mejorar la liquidez del gobierno y que proveyera fondos para la AEE. El Tesoro, mientras, ha establecido condiciones estrictas para enviar los fondos.
Ante la crisis fiscal, Puerto Rico y la AEE dependen de fondos federales. Hasta ahora, FEMA ha autorizado $252 millones para la restauración del servicio eléctrico, ha pagado $1,428 millones en reembolsos y pagos a contratistas de USACE que llevan a cabo la restauración del sistema eléctrico. Además, asignará $13,000 millones para este año fiscal para la reconstrucción del país, incluyendo el financiamiento del sistema eléctrico. También está el Community Disaster Loan Program y fondos de CDBG que aportaran fondos para la restauración.
En resumen, vivimos una situación muy difícil respecto al servicio de energía, cuyo costo, inconsistencia y deterioro obstaculiza el desarrollo económico del país. El préstamo de $300 millones es una luz temporera de esperanza. “The Bond Buyer” dice que necesitarán otro préstamo en un mes. Urge completar el proceso de privatización y/o Alianzas Público Privadas del servicio eléctrico. De otra suerte, estaremos destinados a un pobre desarrollo y unas condiciones de vida lamentables.