SOMOS NACIONALES AMERICANOS, 2 DE MARZO, 2018

SOMOS NACIONALES AMERICANOS

Hernán Padilla
El 2 de marzo se conmemora el aniversario de la ciudadanía, un momento histórico que sentó las bases para que Puerto Rico se fuera integrando a la cultura constitucional, legal, social, política y económica americana. Se cumplen 101 años desde que el Acta Jones de 1917 le otorgó la ciudadanía a los puertorriqueños.

El Acta de Naturalización de 1941 garantizó que las personas que nacen en una jurisdicción subordinada serían ciudadanos de Estados Unidos. La Ley del Gobernador Electo de 1947 expandió el alcance de la Constitución a los puertorriqueños y estableció que los derechos, privilegios e inmunidades se respetarían en este territorio hasta el mismo grado que si fuese un estado.

En 1952 ratificamos en la Constitución de Puerto Rico “nuestra unión con Estados Unidos”…“Consideramos factores en nuestra vida la Ciudadanía de Estados Unidos y la aspiración a continuamente enriquecer nuestro acervo democrático y disfrute de sus derechos y prerrogativas”. La ciudadanía establece que somos nacionales americanos y que nuestra nación jurídica y política es Estados Unidos.

La ciudadanía es parte de nuestro perfil y define al puertorriqueño del siglo 21. Las leyes y programas federales que nos tratan como estado, la designación del Tribunal de Distrito federal bajo el Artículo III de la Constitución federal, la presencia de agencias federales en la isla, y la integración de la cultura puertorriqueña a la cultura nacional son parte del diario vivir.

No nos conformamos con una ciudadanía americana a medias, aspiramos a un futuro mejor. Como ciudadanos americanos reclamamos la plena participación en el gobierno federal; igualdad en los derechos civiles; la estabilidad política-económica; el desarrollo socio-económico y los beneficios y responsabilidades iguales al resto de la nación.

A pesar de los logros como ciudadanos, los residentes en la Isla están sujetos a un sistema político que le niega igualdad, incluyendo no poder votar por el presidente y elegir representación congresional.

Puerto Rico nunca ha sido, no es y no será una nación independiente de los EEUU. Hay quienes quieren hacer creer que la Isla es un “país” diferente a EEUU. La Academia Real Española sostiene que “un país es una nación”. Un país es una comunidad social soberana e independiente políticamente. Puerto Rico no es un país, es un territorio colonial bajo los poderes del Congreso.

Cuando un territorio no puede resolver su estatus político y disfrutar de todos los derechos y beneficios de la ciudadanía que los cobija, es una colonia, aunque la llamen ELA. Somos una colonia que no disfruta de los mismos derechos, beneficios y responsabilidades de nuestros conciudadanos en los 50 estados.
A raíz del impacto de los huracanes, aunque nos han extendido asistencias y el Congreso incluye a la Isla en programas federales bajo asignaciones especiales para los territorios, las limitaciones de nuestra condición colonial impiden que se nos apliquen iguales derechos y beneficios. Por no ser un estado, no disfrutamos de los programas federales; en condición de igualdad, que benefician a los 50 estados. La acción del Tesoro federal de reducir el préstamo y no autorizar los fondos resalta la ausencia de igualdad y poderes políticos.

Si Puerto Rico opta por la independencia o la libre asociación, los que nazcan en la nueva nación no serán ciudadanos americanos. Los puertorriqueños somos ciudadanos americanos de nacimiento y nuestra ciudadanía individual es irrevocable por un cambio de estatus, pero solo la Estadidad le garantiza la ciudadanía americana a las futuras generaciones y solo con la estadidad se puede vivir y disfrutar plenamente la ciudadanía americana en Puerto Rico.

Es imperativo resolver el estatus político para adquirir las prerrogativas que nos brindaría la Estadidad para enfrentar los problemas fiscales y operacionales que menoscaban los servicios a nuestro pueblo. La Estadidad es la única opción para lograr todos los derechos constitucionales, incluyendo representación congresional y voto presidencial, aplicación de todas las leyes aprobadas por el Congreso en condición de igualdad y eliminar el discrimen que sufren los ciudadanos en PR.

La celebración de otro aniversario es a la vez un reclamo para que el Congreso acelere el proceso para convertir a PR en un Estado de la Unión.

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