Florida, una extensión de Puerto Rico, publicada en El Sentinel, Florida del Sur, Enero 28, 2011

Florida, una extensión de Puerto Rico.

Hernán Padilla

Mientras la población en Florida creció más de 17.6% durante la última década, el informe preliminar del Censo del 2010 revela cifras negativas para Puerto Rico. El éxodo de puertorriqueños provocó que Puerto Rico perdiera 83,000 personas (2.2%) de la población desde el año 2000.

El movimiento de puertorriqueños hacia los Estados Unidos es crónico y consistente; del 2005 al 2007 emigraron 174,706 personas y desde el 2001 abandonaron la Isla más de 297,750 ciudadanos. Está ocurriendo una gran fuga cerebral y de capital humano.

Profesionales de la salud, médicos, enfermeras, científicos, ingenieros, maestros, policías, bomberos, comerciantes, personal de casinos y otros profesionales componen la nueva ola de puertorriqueños que buscan mejores oportunidades y una mejor vida en los Estados Unidos. La nueva generación de migrantes no trabaja en funciones agrícolas; se dedican a servicios administrativos, profesionales, técnicos, comerciales, científicos, transportación, finanzas y seguros.

El 40% de los graduados de medicina en Puerto Rico residían y se quedaron en los Estados Unidos en la década de los 90. Se estima que más de 2000 médicos se mudaron de Puerto Rico en la última década y más de 1300 enfermeras puertorriqueñas solicitaron licencia para practicar en Florida en el 2002.

Como dice el refrán, “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Florida se ha convertido en una segunda casa para miles que han emigrado al Estado. Más de 200,000 puertorriqueños se mudaron a Florida del 2001 al 2006. Ahora residen más de 750,000 boricuas en el Estado de Florida. Investigadores han publicado que la mayoría de los emigrantes son personas con más educación que la población general en Puerto Rico.

No cabe duda, los puertorriqueños se están convirtiendo en un bloque político, social, cultural y económico de gran fuerza, particularmente en el centro de Florida.

La seguridad publica, inflación y alto costo de la vida,  deterioro social, la recesión económica que comenzó en el 2006, pocas oportunidades de empleo para la juventud, profesionales y personas con experiencia, las retóricas soberanistas de la pasada administración, comunidades en franco deterioro y la búsqueda de una mejor calidad de vida en general son algunas de las razones que han motivado el éxodo, principalmente hacia Florida.

El impacto de la emigración es notable y tiene serios efectos negativos sobre la economía en la Isla. El éxodo de capital humano promueve la fuga del capital financiero y estancamiento económico. En adición a los problemas reconocidos que afectan la industria de la vivienda en todos los Estados, el efecto de la emigración puede ser devastador para Puerto Rico. Perder 83,000 personas en una década equivale a 26,900 unidades de vivienda que no se venden o no se alquilan; unidades cerradas que constituyen una situación critica para los dueños, la industria de la construcción y la economía.

El Gobernador Fortuño heredó un gobierno incapaz de comprender y evitar la fuga de capital humano y capital financiero. Ante ésta crisis, su gobierno debe implantar una política pública efectiva para prevenir la fuga cerebral y el éxodo masivo de puertorriqueños. Si el gobierno no detiene esta alarmante tendencia demográfica, el país se convertirá en un centro de personas de mayor edad y personas totalmente dependientes de ayuda pública.

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