Riesgos vs. reafrmación estadista, 2 de abril, 2012
Se acerca la fecha en que los puertorriqueños se encontrarán ante la disyuntiva de escoger entre la verdadera unión permanente con los Estados Unidos y una república independiente o asociada; tendrán que determinar si quieren poner en riesgo la ciudadanía americana de las futuras generaciones.
Es innegable que toda la vida ciudadana, económica y jurídica de los puertorriqueños está asociada a funciones federales: recursos naturales, justicia, seguridad pública, educación, salud, servicios sociales, comunicaciones, bancos, correo, puertos, carga marítima y hasta el IRS.
Como Puerto Rico es un territorio cuasi-incorporado de Estados Unidos y nuestra base económica está fundamentada y forma parte integral de la economía americana, tenemos libre acceso al mercado más desarrollado y con mayores recursos del mundo.
Los cincuenta estados nos ofrecen un potencial incalculable para mercadear los productos y servicios producidos en la isla. Exportamos $30 billones hacia los cincuenta estados, mientras que anualmente compramos $23 billones a los EEUU; un “balance positivo de $7 billones a nuestro favor. Siendo el turismo una de las principales fuentes de empleo, nuestra fuente turística de donde proceden más del 90%% de nuestros visitantes es Estados Unidos.
Por otro lado, Estados Unidos provee ayuda técnica y económica y supervisa el uso de fondos federales para beneficio del pueblo. Nuestras agencias estatales, municipios, centros universitarios, ciudadanos y corporaciones sin fines de lucro, participan activamente y se benefician directamente de más de 141 programas federales que facilitan esa ayuda para beneficio del pueblo puertorriqueño.
Aunque el verdadero trato de paridad solo se logrará con la estadidad, los puertorriqueños nos beneficiamos por la participación de nuestros ciudadanos en el Seguro Social, Medicare; Programas de Asistencia Medica (PAM) y Nutricional (PAN) ; ayudas para niños y adultos con necesidades especiales; servicios médicos y rehabilitación para veteranos en Puerto Rico; préstamos y Becas Pell para estudiantes universitarios; subsidios de alquiler por la Sección 8 federal y seguros federales para vivienda, agricultura y desempleo, entre otros.
Igualmente, las Agencias federales como Drug Enforcement Administration (DEA), Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives (ATF) y el FBI combaten el narcotráfico y las actividades criminales que amenazan la seguridad del pueblo. La Fiscalía Federal y el FBI también intervienen contra la corrupción gubernamental y el “crimen de cuello blanco”.
El Departamento de Justicia Federal monitorea a la Policía, supervisa los derechos de la población con retardación mental y el Tribunal Federal determina las condiciones y los servicios de salud y rehabilitación en las instituciones penitenciarias
“Homeland Security” ofrece a los pasajeros terrestres, marítimos y aéreos todas las garantías de seguridad, mientras la “Federal Aviation Administration” supervisa las operaciones de los controladores de vuelos y el transporte aéreo, tanto de carga como de pasajeros.
La Guardia Costera protege nuestras costas y lleva a cabo operaciones de rescate marítimo. Las leyes, reglamentos, Ordenes Ejecutivas y decisiones del Tribunal Supremo de los Estados Unidos forman parte del diario ordenamiento de nuestra sociedad. Las dependencias de defensa nacional protegen nuestra isla de intervenciones ilegales y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) contribuye en aquello que pueda afectar los recursos naturales.
El correo, la moneda y el sistema bancario son aspectos particulares que están muy institucionalizados en nuestra cultura, modo de vida y economía. Tan es así, que el Morro, la Flor de Maga, el Yunque, la cotorra y el coquí están forjados en monedas americanas.
Como ciudadanos americanos tenemos derecho a viajar libremente hacia y entre los cincuenta estados para pasear, residir, estudiar, trabajar, participar en reuniones científicas, políticas y de carácter intelectual y disfrutar actividades culturales a nuestra conveniencia.
Ahora es el momento de reafirmar que queremos la verdadera unión permanente o pondremos en riesgo las garantías, seguridad y el progreso que representa nuestra ciudadanía americana.