Violencia doméstica: crimen oculto; publicada en El Nuevo Dia, lunes 12 de julio

Violencia domestica: crimen oculto

Hernán padilla

La violencia es conducta aprendida y genera violencia. La violencia dentro de la institución de la familia y del hogar siembra la semilla para que las nuevas generaciones rechacen los valores de civismo, honestidad y respeto a los que aspira el pueblo puertorriqueño. Estudios demuestran que los hijos de hogares donde predomina la violencia doméstica son 15 veces más susceptibles a la misma conducta cuando llegan a ser adultos.

Las estadísticas sobre criminalidad son un índice que refleja la descomposición y el deterioro del tejido social de la sociedad civil puertorriqueña. Debe preocuparnos que se hayan reportado 4,275 delitos de violencia, 1,157 agresiones agravadas, 19 casos de violación por la fuerza y que 50% de las mujeres asesinadas fueron por violencia domestica. Anualmente se informan a la policía más de 20,000 casos de violencia domestica contra mujeres, niños y envejecientes indefensos.

Especialistas en la materia señalan que dada la perversidad de este delito y la cultura “machista” existente, por cada caso reportado existen cuatro casos ocultos en el silencio de la intimidad, del miedo y terror de las víctimas a denunciar a los novios, amantes, cónyuges y excónyuges que las agreden cotidianamente. Esta es la epidemia de “violencia domestica”, un delito público de acometimiento y agresión grave tipificado en nuestro código penal y sancionado con pena de cárcel.

Muy pocas victimas comentan o informan su sufrimiento a otra persona, amiga, pariente, vecino o la policía. La gran mayoría ni siquiera sabe que la violencia domestica es un delito público. Entienden o creen que tienen que soportar la agresión como parte de su obligación conyugal o de pareja y que no puede declarar en contra del abusador. Las víctimas sufren calladamente.

La violencia domestica es un mal social detestable. Los que abusan de sus víctimas cometen actos violentos, principalmente hombres que quieren dominar a una mujer con aires de superioridad. La intolerancia, palabras hirientes, humillaciones, insultos, desprecios, amenazas y maltrato dan paso a las agresiones físicas, psicológicas y sexuales.

Dedico éstas líneas para que si usted sufre en silencio por que su pareja le pega, la acusa injustamente de ser infiel, se opone a sus relaciones con familiares y amistades, le prohíbe a asistir a la escuela, asistir a reuniones sociales o trabajar fuera de la casa, le critica por pequeñeces, se torna iracundo luego de tomar licor y/o consumir drogas, ejerce control de todas sus finanzas, la humilla constantemente frente a otras personas, la menaza con cuchillos o armas de fuego, la amenaza a usted o los niños o la obliga a sostener relaciones sexuales en contra de su voluntad, es hora de pedir ayuda inmediatamente. Su cónyuge puede ser un delincuente peligroso. Usted y sus hijos corren peligro inminente. Cuando presente una denuncia, no la retire.

Para mantener la licencia de médico, en Florida se requiere educación continua para detectar y tratar el abuso doméstico. Así debe ordenarse en Puerto Rico. En la mayoría de los casos, los médicos son el primer contacto de una persona que sufre de abuso en el hogar. Tenemos la responsabilidad de identificar los factores de riesgo, las señales, los síntomas y cualquier evidencia física de abuso físico, sexual o psicológico y tomar acción para educar a los pacientes sobre la condición y los recursos existentes para ayudarlos.

Ante el desplome del tejido social y de los valores de la sociedad puertorriqueña reclamo a los líderes políticos, cívicos y religiosos del país que promuevan los valores de respeto, tolerancia e igualdad y los derechos de todo ciudadano a vivir en paz en una sociedad abierta que defiende las víctimas y rechaza la violencia contra la mujer.  La seguridad pública, paz, tranquilidad y armonía social deben ser nuestro derrotero.

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