Seguridad Publica, la batalla por Puerto Rico. El Nuevo Dia, lunes 11 de julio 2011

La batalla por Puerto Rico

Hernán Padilla

El asesinato a plena luz del día del Banquero en el Expreso Las Américas, los 30 asesinatos en el fin de semana de las Fiestas de San Juan y la redada antidrogas en la Perla evidencian la descomposición del tejido social.

En mayo se reportaron 21,059 delitos; 3845 fueron delitos de violencia. En los primeros seis meses del año informan 567 asesinatos. Los datos sugieren que los narcos se matan entre ellos para controlar sus territorios y cobrar deudas de drogas. Lamentablemente, ciudadanos inocentes caen victimas en esta infame confrontación.

Los recursos de personal con que cuenta la Policía para cumplir con su responsabilidad son limitados. Para el 2011-12 se asignan $766 millones y en teoría cuentan con 18,986 puestos. La realidad es que 6,907 plazas están en tareas que no son de vigilancia policiaca directa y que existen más de 2500 plazas vacantes

La Policía no tiene suficientes efectivos para llevar a cabo un buen plan de prevención. Aunque tendrán un aumento de $29.5 millones y reclutarán 536 nuevos cadetes, no le asignaron dinero adicional para llenar miles de posiciones vacantes. Es imperioso asignar más fondos a la Policía.

Prevención implica implantar programas para modificar la conducta de nuestros jóvenes, un cambio social-cultural a largo alcance. Mientras tanto, es necesario aumentar la vigilancia policía en las comunidades. La presencia masiva de policías en lugares de alta incidencia criminal tiene impacto preventivo inmediato y sostenido.

Un buen programa de prevención requiere tecnología moderna para derrotar el crimen y proteger los ciudadanos. En Memphis, Tennesse, redujeron el crimen en más de 30%, incluyendo una reducción de 15% en crímenes violentos.

El modelo utilizado fue desarrollado por IBM y el Departamento de Criminología y Justicia Criminal de la Universidad de Memphis.  Este programa analítico de estadísticas criminales predice los “puntos calientes” para asignar recursos, personal, patrullaje, control de tránsito, operaciones e investigaciones específicamente dirigidas a sectores de alta actividad delictiva.

El nuevo Superintendente Diaz Colón merece todo el respaldo para continuar con las redadas contra el narcotráfico, el “Golpe al Punto”, el “Grupo de los 100”, acelerar la reforma de la Policía, y hacer realidad el proyecto de estadísticas computarizadas (COMPSTAT) para analizar estrategias para controlar el crimen.

Apoyo la iniciativa para un Centro de Información Criminal (Crime Information Warehouse), un nuevo programa para almacenar información de la Policía, Justicia, Corrección y DTOP en un sistema integrado disponible al momento de intervenir con un sospechoso de un crimen.

Las cámaras de televisión de circuito cerrado (CCTV) en lugares públicos son un instrumento efectivo comprobado para prevenir el crimen. Son un arma silente para evitar tráfico y venta de drogas y crímenes callejeros y condenar judicialmente los delincuentes. Con una red de cámaras que ofrece imágenes inmediatas y en tiempo real, localizadas en lugares estratégicos y conectadas a un Centro de Mando, la Policía tendría información valiosa para tomar acción preventiva contra cualquier actividad delictiva o criminal.

Las cámaras de seguridad no violan los derechos de privacidad ciudadana. Son legalmente aceptadas. Se utilizan en Centros de Gobierno, Centros Judiciales, Centros Comerciales, hospitales, aeropuertos, estaciones de peaje y control de tráfico  entre muchos otros. Varias ciudades que tienen instalados sistemas similares reportan éxito sustancial y reducción de la actividad criminal entre 36% a 66%. El factor multiplicador de una cámara científicamente instalada equivale a asignar cuatro policías uniformados a un sector que necesita vigilancia.

El gobierno tiene la inescapable obligación primaria de proteger la vida y hacienda de todos los ciudadanos. La guerra contra los narcos y sus corruptos aliados es la gran batalla por el alma de Puerto Rico, esencia de nuestra frágil sociedad libre y democrática.

“Tirar la toalla”, no puede ser una opción.

 

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