Archive for June, 2013

Igualdad y la Reforma Migratoria, reproducida del 4 de marzo, 2013

Igualdad y la Reforma Migratoria

Estados Unidos es una nación compuesta por grupos con ancestros, razas, costumbres, valores, religiones y culturas muy diferentes. Pero, debemos ser ciudadanos de una nación con una sola Constitución y una sola ciudadanía para todos los ciudadanos americanos.

Ese no es el caso en el ELA territorial y colonial. Los puertorriqueños-ciudadanos americanos y miles de inmigrantes naturalizados que residen en la Isla no tienen los mismos derechos constitucionales que protegen a otros ciudadanos que residen en cualquiera de los 50 estados de la unión.

Siendo los puertorriqueños ciudadanos americanos de nacimiento, tenemos la obligación moral de participar en la discusión sobre la reforma migratoria que se lleva a cabo en estos momentos a nivel nacional.

El problema de los inmigrantes no es uno partidista. Hemos estudiado y adoptado algunos conceptos de organizaciones cívicas y líderes de ambos partidos nacionales. Concurrimos con los planteamientos de organizaciones cívicas como LULAC (League of United Latin American Citizens).

La nación Americana fué creada por inmigrantes provenientes de todo el mundo y en donde hay más de once (11) millones de inmigrantes indocumentados. La abrumadora mayoría de los inmigrantes indocumentados son seres trabajadores, dedicados, religiosos y leales que vinieron en busca del “sueño americano”, prosperidad y una mejor vida.

Por el bien de la nación, se hace necesario aprobar una reforma migratoria justa y humanitaria que mejore el proceso de inmigración legal de los Estados Unidos.

Entre los pasos a seguir, urge crear una clasificación migratoria temporera para aquellas personas que quieran legalizar su estatus de trabajadores. Hace falta una estrategia que use la tecnología moderna para mejorar el proceso de solicitar visas de entrada y permanencia en la nación.

Estados Unidos depende de una población migrante para muchas de las tareas temporeras agrícolas que cambian con las estaciones del año, así como para diferentes industrias agrícolas. Respaldo un vigoroso y amplio “Programa de Empleados Migrantes” que responda a las necesidades empresariales y demanda de obreros migrantes.

Es necesario aprobar nuevas leyes para atraer personas con conocimiento y adiestramiento especializado en ciencia, ingeniería, tecnología, computadoras, matemáticas, y áreas como el campo de la salud.
La nación se beneficiará con más visas y con un mejor programa y sistema de visas para empresarios, inversionistas y desarrolladores creativos para los negocios del futuro.

Existen miles de hijos de inmigrantes que solo conocen una nación y una patria, los Estados Unidos de America, pero a quienes no se les ha extendido la oportunidad legal para permanecer en tierra americana y viven con la amenaza de ser deportados, a pesar de ser excelentes jóvenes estudiantes.

Respaldo que se apruebe el proyecto del “Dream Act” que les permita residir legalmente en la nación que conocen como la suya y que les señale un camino para que cualifiquen para la ciudadanía americana en el futuro.

También es necesario establecer procesos eficientes para controlar la entrada de inmigrantes sin permiso y para identificar y darle seguimiento a las personas a quienes se les expira la Visa correspondiente.

Creemos que todos los ciudadanos americanos que residen en Puerto Rico, cualquiera que sea su origen, deben disfrutar de la igualdad y los mismos derechos y responsabilidades y oportunidades que disfrutan los que nacieron o se naturalizaron y residen en cualquiera de los cincuenta estados.

Nosotros también luchamos por el derecho a ostentar una ciudadanía americana con todos los derechos que se nos niegan bajo el status territorial colonial actual.

Convertir a Puerto Rico en estado de la Unión le garantizaría a todos los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico, incluyendo los miles de ciudadanos naturalizados y los que puedan beneficiarse de una futura reforma migratoria, la protección de la Constitución de los Estados Unidos y la plena participación en los procesos democráticos a nivel nacional.

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Somos un “gueto” ahora bajo el ELA, Profesor Jaime Benson

Somos un “gueto” ahora bajo el ELA

Jaime Benson, Catedrático de Economía, UPR

En una entrevista televisiva reciente en CNN en Español, el gobernador Alejandro García Padilla afirmó cándidamente que de Puerto Rico convertirse en un estado de los Estados Unidos terminaría por transformarse en un “gueto” latinoamericano. De no ser que ya nos tiene acostumbrados a sus afirmaciones descabelladas y deshonestas sin fundamento, probablemente este último contrasentido hubiese sorprendido a muchos. Sin embargo, lo que no deja de ser sorprendente es su persistente empeño en tratar de confundir y descaradamente transponer los términos del debate sobre el status político subestimando la inteligencia de nuestro pueblo, a pesar de que la evidencia histórica y empírica lo desmienten contundentemente
Me explico. Como reflejan los indicadores económicos en la tabla comparativa que se acompaña, Puerto Rico hoy bajo su presente status territorial-colonial exhibe todas las características de un “gueto” cuando comparamos su desempeño socio-económico con el promedio nacional y el de dos estados que vienen al caso; Missisipi por constituir el estado más pobre de la nación y Hawaii por ser un archipiélago isleño tropical como nosotros. Semejante a un “gueto”, Puerto Rico exhibe las tasas de desempleo, pobreza y criminalidad más altas de los Estados Unidos. Así como la mediana de ingreso familiar, el salario promedio por hora y la tasa de participación laboral más bajas en toda la nación.

Ni Missisipi el estado más pobre se acerca a nosotros en niveles de pobreza (su tasa de pobreza es menos de la mitad nuestra), marginación social (su mediana de ingreso familiar es el doble de la nuestra ) y su nivel relativo de desempleo apenas es poco más que la mitad del nuestro. En comparación con Hawaii, nuestra similitud a un “gueto” aumenta exponencialmente en todos los renglones, duplicamos su tasa de desempleo, Hawaii cuadruplica nuestra mediana de ingreso familiar, casi duplica nuestro salario promedio por hora y su tasa de participación laboral es 62% mayor a la nuestra.
Resulta que los 50 estados se encuentran en mucho mejor condición socio-económica que nosotros bajo el ELA, pero por alguna extraña razón y por arte de magia si nos incorporamos como estado, es entonces que pasaríamos a ser un “gueto”. No señor gobernador, somos un “gueto” ahora bajo el ELA y al igual que los 37 últimos territorios que se incorporaron como estados de la Unión, Puerto Rico no será la excepción y experimentará una bonanza económica que nos sacará de nuestra actual condición de “gueto” con reducciones significativas en el desempleo, la pobreza y una mejora significativa en nuestra calidad de vida.

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ONU rechazó subordinación política del ELA, lunes 24 de junio, ENDI

Lideres estadistas comparecieron ante el “ Comité Especial sobre la situación relacionada a la implantación de la declaración en favor de de los territorios coloniales” e informaron que Puerto Rico celebró un referéndum con una participación de más del 78% del electorado; que el 54% de los votantes rechazaron el actual status territorial y revocaron el consentimiento de los gobernados para continuar la presente relación política con los Estados Unidos; y que el 61% de los que emitieron su voto favorecieron la opción de estadidad.
La Constitución de los Estados Unidos provee el proceso y los mecanismos para que los ciudadanos americanos de un territorio soliciten la incorporación y admisión como un estado.

Puerto Rico es un territorio no incorporado de Estados Unidos que no goza de una democracia plena a nivel nacional. El gobierno de Estados Unidos está obligado legal y moralmente ofrecerle a Puerto Rico un proceso para resolver su status político y garantizarle a sus ciudadanos residentes en la isla el disfrute pleno de la ciudadanía americana bajo la protección de la Constitución con los mismos beneficios, oportunidades y responsabilidades que tienen sus conciudadanos en los 50 estados de la unión.

Aun así, exhortamos al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas que “si los Estados Unidos no responde a la petición hecha por el Pueblo de Puerto Rico, que recomiende a la Asamblea General que coloque a Puerto Rico en la lista de países que no han obtenido un grado significativo de gobierno propio y continua siendo una colonia”.

De hecho, al terminar las vistas, el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas aprobó una Resolución reconociendo que en el plebiscito del 2012 los electores de la Isla rechazaron el actual status de “subordinación política”. En efecto, declarando al ELA un territorio colonial.
Me uno a las expresiones del Comisionado Pierluisi: “el estatus actual perdió su legitimidad democrática”. “Puerto Rico retiró el consentimiento al estatus actual cuando ejerció su derecho de auto-determinación mediante una votación libre y democrática sobre el asunto del estatus”.
Mientras el Presidente y el Congreso no tomen acción para ofrecerle a Puerto Rico el proceso para lograr la unión permanente en condición de igualdad con los 50 estados de la unión, estamos comprometidos a continuar nuestra lucha por la igualdad a nivel local, nacional e internacional, si fuera necesario.
Respaldo la aseveración de Pierluisi de “que la comunidad internacional, al igual que el gobierno de Estados Unidos, debe respetar la voluntad del pueblo del territorio no incorporado de Puerto Rico”.

El contraste entre los que abogamos por la verdadera unión permanente y los representantes del colonialismo no puede ser más claro.

Los defensores de la igualdad constitucional presentaron argumentos convincentes demostrando que “Puerto Rico retiró el consentimiento de los gobernados al estatus actual cuando ejerció su derecho de auto-determinación realizando una votación libre y democrática.

Los miembros del Comité Especial de ONU escucharon que queremos la soberanía de un estado de la unión americana que garantice la unión permanente y la ciudadanía de los Estados Unidos para las futuras generaciones. Como ciudadanos de los Estados Unidos, queremos plena participación en el gobierno federal, representación congresional proporcional, el derecho participar en las elecciones nacionales para elegir el Presidente y los mismos derechos, beneficios y oportunidades que tienen nuestros conciudadanos en los 50 estados.
A cambio, los representantes de la condición colonial inferior y fracasada presentaron su visión y compromiso de abogar por, gestionar y lograr una asociación no colonial ni territorial con los Estados Unidos que reconozca la “soberanía nacional” que solo se lograría convirtiendo a Puerto Rico en una republica soberana e independiente.

El pueblo de Puerto Rico, Estados Unidos y la comunidad internacional quedan debidamente advertidos e informados.

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Ponencia de Jose M Saldaña en representacion de Igualdad; ONU 06/17/13

Mensaje ante el Comité de Descolonización de la ONU

17 de junio de 2013

Señor Presidente, Distinguidos Representantes del Comité Especial de los 24
Yo soy el Dr. José Manuel Saldaña Ex presidente de la Universidad de Puerto Rico y Vicepresidente de Igualdad, me acompaña el Licenciado en Derecho Antonio Monroig miembro de Igualdad.

Igualdad es una organización que preside el Dr. Hernan Padilla ex alcalde de San Juan y que lucha por extenderles a los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico todos los derechos que disfrutan los que residen en los 50 estados.

Desde principios del Siglo 20, la Isla se ha desarrollado en distintas etapas dentro de la relación que nos ha unido y nos une con los Estados Unidos, durante más de un siglo.

En 1917 se le extendió la Ciudadanía de los Estados Unidos a los puertorriqueños y desde entonces cualquier ciudadano que nace en Puerto Rico es ciudadano americano con el derecho a la protección de sus leyes y disfrute de sus derechos. Sin embargo no todos los derechos de la Constitución de los Estados Unidos se extendieron al territorio de Puerto Rico, y los ciudadanos americanos que allí residen no tienen la igualdad de derechos, beneficios y oportunidades de los demás ciudadanos que residen en los 50 estados.

En 1952 Puerto Rico organizó un gobierno interno, local regido por una Constitución y refrendado por la comunidad internacional en 1953.

El pueblo puertorriqueño es un firme creyente en el proceso democrático. Celebramos elecciones cada cuatro años y alrededor del 80% de los electores acude a emitir su voto. El resultado es verdaderamente representativo de la voluntad popular.

Es pertinente señalar que durante los últimos sesenta (60) años las fuerzas políticas-ideológicas han observado cambios sustanciales; mientras los partidos que propulsan la independencia y el Estado Libre Asociado (territorio no incorporado bajo la Cláusula Territorial de los Estados Unidos) han visto reducido su respaldo electoral solamente y enfatizo, solamente el partido que defiende el derecho de Puerto Rico a convertirse en estado ha aumentado progresivamente el respaldo en las contiendas electorales hasta el presente. En las últimas elecciones del pasado 6 de noviembre, el Partido Independentista, (como en otras elecciones) obtuvo tan bajo respaldo electoral que no quedo inscrito como partido político en Puerto Rico.

Las últimas cuatro administraciones de los Estados Unidos, la Presidencia y el Congreso han reafirmado su compromiso de respetar y defender el derecho del pueblo de Puerto Rico a determinar su futuro político a través de un proceso pacífico, abierto y democrático.

El 11 de marzo de 2011 en un extenso informe sobre Puerto Rico, -Informe del grupo de trabajo del presidente sobre el status de Puerto Rico – el presidente Barack Obama exhortó a los Puertorriqueños a decidir su estatus.
Recomendación # 1: El Grupo de Trabajo recomienda que todas las partes pertinentes—el Presidente, Congreso y los líderes y residentes de Puerto Rico—trabajen para asegurar que los puertorriqueños puedan expresar su voluntad sobre las opciones de estatus y que se cumpla su voluntad para fines del 2012 o poco después.

Señaló también el informe: “En resumen, el bienestar económico a largo plazo de Puerto Rico mejoraría considerablemente con una pronta decisión sobre el asunto del estatus.”
Conjuntamente con las pasadas elecciones del 6 de noviembre del 2012, se celebró en la isla un referéndum con una participación de más de 77% del electorado. En este se le hicieron dos preguntas a los electores. En la primera pregunta: Está usted de acuerdo en que Puerto Rico continúe con el presente estatus territorial de Estado Libre Asociado, el 54% de los votantes expresaron que NO. Rechazando así el actual status territorial y revocaron el consentimiento de los gobernados para continuar en la presente relación política con los Estados Unidos. En la segunda pregunta: Independientemente de la contestación a la primera pregunta, indique cuál de las siguientes opciones no territoriales usted prefiere Independencia, Estado libre soberano (que es una modalidad de la Independencia) para luego asociarse con otra nación soberana, y la estadidad para integrarse a la nación americana. Estas tres fórmulas cumplen con los requisitos de las Naciones Unidas y la comunidad internacional. En esta pregunta el 61% de los que emitieron su voto, votaron a favor de la estadidad.
El Presidente Obama y el Congreso de los Estados Unidos tienen ahora la obligación moral de respetar la voluntad del pueblo de Puerto Rico expresada en el referéndum del 6 de noviembre del 2012, rechazando el ELA Territorial y respaldando la estadidad para Puerto Rico.
El miércoles 15 de mayo- en un día histórico para Puerto Rico- el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi (representante ante el Congreso con voz pero sin voto) presentó ante el Congreso el proyecto HR 2000 para poner en marcha el proceso para la admisión de Puerto Rico como un estado de la Unión. Es la primera vez que se presenta un proyecto con este objetivo luego de haberse celebrado un plebiscito que determinó que el 54% de los puertorriqueños no desean continuar bajo el presente estatus territorial (colonial) y un 61% votó que desea la estadidad.
El proyecto HR 2000 constituye una oferta de estadidad para Puerto Rico por parte del Congreso con términos que de aceptarse por el Pueblo, ponen en marcha el proceso de admisión. Mediante este proyecto, el Congreso valida el resultado del plebiscito del 6 de noviembre de 2012 y accede a la solicitud de la mayoría haciendo –por primera vez en la historia– una oferta formal de estadidad.
Esa oferta nos presenta –para aceptar o rechazar mediante consulta de ‘Sí’ o ‘No’– unos términos para completar la admisión como estado. O sea, el proyecto dispone de una votación por parte de Puerto Rico para ratificar la oferta de estadidad que nos haría el Congreso. Esa votación no es para ratificar el voto por la estadidad que ya ocurrió en noviembre pasado, sino para aceptar o rechazar los términos de la oferta.
Si el Pueblo, votando ‘Sí’, acepta los términos de la admisión, entonces el proyecto obliga al Presidente a actuar en un plazo no mayor de 180 días para aprobar y completar la admisión de Puerto Rico como estado, conforme a los términos dispuestos por el Congreso y ya ratificados por Puerto Rico.
Lamentablemente el status territorial del llamado Estado Libre Asociado mantiene a Puerto Rico por debajo del estado más pobre de la nación americana y con el 48 % de la población por debajo del novel de pobreza federal de los Estados Unidos.
Esta condición colonial actual ha provocado que miles de puertorriqueños emigren hacia los cincuenta estados y actualmente hay más personas de raíces puertorriqueñas en los cincuenta estados que en Puerto Rico (4.7 millones vs. 3.7 millones). Estamos convencidos que con la estadidad, Puerto Rico lograría un desarrollo económico dinámico, sostenible y estable.

Reconocemos que la Constitución de los Estados Unidos provee el proceso y los mecanismos para que los Ciudadanos Americanos de un territorio soliciten la incorporación y admisión de un estado. Hemos iniciado ese proceso para la Admisión del estado de Puerto Rico a la unión, aspirando a ser el primer estado hispano de los Estados Unidos. Queremos ser el puente que une a estados unidos con América Latina y el Caribe

Exhortamos a este organismo comunicarle a Estados Unidos que conforme al Plebiscito celebrado el pasado 6 de noviembre del 2012 en Puerto Rico- dado el hecho que los puertorriqueños somos ciudadanos americanos de nacimiento y que nos hemos expresado libre y democráticamente en contra del status territorial actual y a favor de la integración como estado de la unión- que procedan a integrar a Puerto Rico como estado de la nación americana.

Si los Estados Unidos no responde a la petición hecha por el Pueblo de Puerto Rico, exhortamos a este Comité a que recomiende a la Asamblea General que coloque a Puerto Rico en la lista de países que no han obtenido un grado significativo de gobierno propio y continua siendo una colonia.

Cerramos nuestra comparecencia enfatizando que las naciones Unidas, en su calidad de amigos del pueblo de Puerto Rico, solo tiene una alternativa: recomendar al gobierno de los Estados Unidos que resuelva el status político que afecta a 3.7 millones de puertorriqueños ciudadanos americanos y que los reciba en condiciones de igualdad política y ciudadana dentro de la Constitución de los Estados Unidos como estado de la nación americana.

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Igualdad ante la ONU, comunicado Re: Jose M Saldaña 06/17/13

Igualdad pide a la ONU incluir a Puerto Rico entre los territorios coloniales y que informe medidas sobre su Descolonización.

New York – Igualdad, Futuro Seguro, entidad que promueve la estadidad para Puerto Rico, le pidió al Comité de Descolonización de Las Naciones Unidas que incluya a Puerto Rico entre los territorios coloniales y que informe qué medidas tomará para lograr la descolonización de la Isla. Así expresó el Vice-presidente de la colectividad, el Dr. José Manuel Saldaña, al reseñar su ponencia. Saldaña, ex-presidente de la Universidad de Puerto Rico, estuvo acompañado por el Lcdo. Antonio Monroig.

Durante su ponencia Saldaña hizo un recuento histórico de la situación colonial de la Isla y explicó los resultados del pasado plebiscito.
“En 1917 se le extendió la Ciudadanía de los Estados Unidos a los puertorriqueños y desde entonces cualquier ciudadano que nace en Puerto Rico es ciudadano americano con el derecho a la protección de sus leyes y disfrute de sus derechos. Sin embargo no todos los derechos de la Constitución de los Estados Unidos se extendieron al territorio de Puerto Rico, y los ciudadanos americanos que allí residen no tienen la igualdad de derechos, beneficios y oportunidades de los demás ciudadanos que residen en los 50 estados.” explicó el Dr. Saldaña a lo miembros del Comité de los 24.
“Conjuntamente con las pasadas elecciones del 6 de noviembre del 2012, se celebró en la isla un referéndum con una participación de más de 77% del electorado… En este se le hicieron dos preguntas a los electores. En la primera pregunta: Está usted de acuerdo en que Puerto Rico continúe con el presente estatus territorial de Estado Libre Asociado, el 54% de los votantes expresaron que NO. Rechazando así el actual status territorial y revocaron el consentimiento de los gobernados para continuar en la presente relación política con los Estados Unidos. En la segunda pregunta: Independientemente de la contestación a la primera pregunta, indique cuál de las siguientes opciones no territoriales usted prefiere Independencia, Estado libre soberano (que es una modalidad de la Independencia) para luego asociarse con otra nación soberana, y la estadidad para integrarse a la nación americana. Estas tres fórmulas cumplen con los requisitos de las Naciones Unidas y la comunidad internacional. En esta pregunta el 61% de los que emitieron su voto, votaron a favor de la estadidad” detalló el pasado presidente de la Universidad de PR.
“Exhortamos a este organismo comunicarle a Estados Unidos que conforme al Plebiscito celebrado el pasado 6 de noviembre del 2012 en Puerto Rico, dado el hecho que los puertorriqueños somos ciudadanos americanos de nacimiento y que nos hemos expresado libre y democráticamente en contra del status territorial actual y a favor de la integración como estado de la unión, que procedan a integrar a Puerto Rico como estado de la nación americana”

Durante su ponencia el Dr. Saldaña manifestó que:“ Si los Estados Unidos no responde a la petición hecha por el Pueblo de Puerto Rico, exhortamos a este Comité a que recomiende a la Asamblea General que coloque a Puerto Rico en la lista de países que no han obtenido un grado significativo de gobierno propio y continua siendo una colonia”.

“Cerramos nuestra comparecencia enfatizando que las naciones Unidas, en su calidad de amigos del pueblo de Puerto Rico, solo tiene una alternativa: recomendar al gobierno de los Estados Unidos que resuelva el status político que afecta a 3.7 millones de puertorriqueños ciudadanos americanos y que los reciba en condiciones de igualdad política y ciudadana dentro de la Constitución de los Estados Unidos como estado de la nación americana” concluyó el Vice-presidente de Igualdad.

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17 de junio de 2013

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Statement by Resident Com. Pedro Pierluisi, United Nations, June 17, 2013

The Hon. Pedro R. Pierluisi
Resident Commissioner of Puerto Rico and President of the New Progressive Party
Prepared Statement
U.N. Special Committee on Decolonization
June 17, 2013

Mr. Chairman and Members of the Committee:

My name is Pedro Pierluisi. I am Puerto Rico’s sole representative in the United States Congress, known as the Resident Commissioner.

I also serve as the President of the New Progressive Party, which supports statehood for Puerto Rico—and I am testifying in that capacity.

I asked to participate because an event has taken place that fundamentally changes the terms of the debate on Puerto Rico’s political status.

On November 6, 2012, Puerto Rico exercised its right to self-determination by holding a free and fair vote on the status question. The results demonstrate that 54 percent of voters do not wish to maintain the current status. To the extent that the people of Puerto Rico ever gave their consent to the current status, that consent has now been withdrawn.

The results further demonstrate that, among the three internationally recognized alternatives to the current status, 61 percent of voters support statehood.

Finally, the results demonstrate that, for the first time in Puerto Rico’s history, there are more people who want Puerto Rico to become a state than who want to continue the current status.

I have described the significance of this vote to the President of the United States, my colleagues in the U.S. Congress, and the American public—and I believe it is appropriate for me to inform the community of nations as well.

I am honored to speak on behalf of those men and women who proudly carry the Puerto Rican flag in one hand and the American flag in the other, and who know that their love for Puerto Rico and their love for the United States complement, rather than contradict, one another. Our party believes that statehood is in the best interest of Puerto Rico, and so we seek to perfect our union with the United States, not to dilute or dissolve the political, economic and social bonds that we have forged—in peace and in war—over the past 115 years. As the November vote reveals, the statehood movement has become the predominant force in Puerto Rico, and it grows stronger by the day.

***
I want to clarify an important point. On the surface, those who want Puerto Rico to become a state and those who want Puerto Rico to become a sovereign nation appear to have little in common, given our different visions for Puerto Rico’s future, but we actually agree in fundamental respects.

We are the reality-based movements in Puerto Rico.

We recognize—rather than refute—the fact that Puerto Rico is an unincorporated territory of the United States.

We understand—rather than deny—that, although the United States approved a constitution for Puerto Rico in 1952 and was released from its reporting requirement under Article 73 of the U.N. Charter in 1953, Puerto Rico is still a “non-self-governing territory” if that term has any meaning at all.

We recognize that, under U.S. law and international law, as enshrined in U.N. General Assembly Resolution 1541, there are three status options that would provide Puerto Rico with a “full measure of self-government”: independence, nationhood in a free association with another nation, and integration through statehood. We do not misrepresent what Puerto Rico is, or what it might become, for the sake of political advantage.

We recognize that Puerto Rico remains an unincorporated territory of the United States despite the fact that it has been allowed by the U.S. Congress to exercise authority over its local affairs similar to that to which the U.S. states are entitled. We likewise recognize that the U.S. Congress could unilaterally rescind the powers it has delegated to Puerto Rico if it saw fit to do so.

We recognize as self-evident that Puerto Rico does not have democracy at the national level. The United States government makes and implements laws for Puerto Rico. But island residents cannot vote for the U.S. President, are not represented in the U.S. Senate, and elect one member to the U.S. House of Representatives—the Resident Commissioner—who can vote in committees, but not in the full House. Moreover, the laws enacted by Congress and enforced by the president may—and often do—treat Puerto Rico unequally.

As Resident Commissioner, I regularly experience firsthand the injustice of our current status. I must fight to ensure that Puerto Rico is not excluded from job creation, health care, or border security bills that automatically include the states. As my fellow representatives in the U.S. House vote on legislation that affects every aspect of life in Puerto Rico, I can only watch, even though I represent about five times as many U.S. citizens as any of my colleagues. I must rely on the goodwill of U.S. senators who were elected to protect the interests of their constituents, not mine—and, naturally, such goodwill is not always forthcoming. And I must request assistance from a president who, however strong his affinity for Puerto Rico might be, is not required to seek or earn our vote. To expect that his administration would feel the same urgency to produce positive results for Puerto Rico as it does for the states is, frankly, to substitute hope for experience.

Furthermore, those who want Puerto Rico to become a state and those who want Puerto Rico to become a sovereign nation—whether in a free association with, or fully independent from, the United States—all recognize that Puerto Rico’s territory status is the root cause of the economic and social problems that impair quality of life on the island. We categorically reject the backwards view, embraced by certain political leaders in Puerto Rico, that the status debate is somehow a distraction from efforts to address these challenges.

Finally, and above all, estadistas, soberanistas and independentistas share a deep conviction that the people of Puerto Rico, 3.7 million strong, deserve a fully democratic and dignified status.

***

In November, Puerto Rico took the initiative, exercised its right to self-determination, and unequivocally withdrew its consent to the current territory status.

This means that the current status has lost its democratic legitimacy. The only path forward is statehood or nationhood. And between those options, the people of Puerto Rico clearly prefer integration through statehood.

It is now incumbent upon the United States government to respond by enacting legislation to offer Puerto Rico one or more of the status options that would provide its people with a full measure of self-government. I have emphasized that action is necessary for both legal and moral reasons.

As a legal matter, the U.S. Constitution vests Congress with broad authority over its territories. For Puerto Rico to evolve and to become a state or sovereign nation, it is not enough to just seek such a change; U.S. Congress and the President must act to enable that change.

As a moral matter, the U.S. government rightfully prides itself as a champion of democracy and self-determination around the world. Therefore, it should—indeed, it must—adhere to those principles with respect to its own citizens, or it will lose credibility at home and abroad.

I have faith that the U.S government will fulfill its legal and moral obligation to facilitate Puerto Rico’s transition to a democratic and dignified status. But my faith is not blind. Meaningful action from Washington will be required to sustain it.

I am fully cognizant that the wheels of government often take longer to turn than one might prefer, and I therefore appreciate that a degree of patience is in order. But I also know that justice too long delayed is justice denied. And—after 115 years as a territory—Puerto Rico’s patience is understandably running out.

Let me be clear. In the absence of concrete and timely action from the U.S. government, I will not hesitate to raise this case before the United Nations or any other appropriate international forum. As the leader of a party that aspires for Puerto Rico to become a full and equal member of the American family, I have no desire to publicly criticize the United States. But it is more important for me to secure justice for my people than it is for me to be polite.

That said, I am encouraged by the response I have seen to date. President Obama has sought an appropriation from Congress to conduct the first federally sponsored vote in Puerto Rico’s history, with the express goal of “resolving” the territory’s future status. It goes without saying that this issue cannot be resolved by continuing the current undemocratic status.

Last month, I introduced legislation, the Puerto Rico Status Resolution Act, which proceeds from the indisputable premise that statehood obtained more votes than any other status option in the November referendum. The bill, which already has 72 cosponsors from both U.S. political parties, outlines the rights and responsibilities of statehood, and then asks the people of Puerto Rico to accept—or reject—those terms in an up-or-down vote. If a majority of voters accept those terms, the bill provides for the President to submit legislation to admit Puerto Rico as a State after a reasonable transition period. The bill also expresses Congress’s commitment to act on such legislation.

In closing, I want to express my belief that the international community, like the U.S. government, should honor the will of the people of the non-self-governing territory of Puerto Rico. Consistent with the U.N. Charter and Resolution 1541, the international community should support a process of self-determination that will result in a fully democratic and dignified status for Puerto Rico, whether that status be statehood or nationhood. The principle of self-determination so requires.

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La ONU, tres decadas despues, 10 de junio, 2013, ENDI.

Hernán Padilla

Hace tres décadas tuve el honor de haber sido nombrado por el Presidente Reagan como Delegado Publico de la Representación de Estados Unidos ante la Asamblea General de la Naciones Unidas y el 24 de septiembre del 1982 presenté un mensaje sobre el status de Puerto Rico *. Aunque los tiempos han cambiado, mis palabras, con algunas explicaciones adicionales, son validas aún.

La comunidad internacional debe reconocer que en 1917 se le extendió la ciudadanía de los Estados Unidos a los puertorriqueños y que cualquier persona que nace en Puerto Rico es ciudadano americano con el pleno derecho a la protección de sus leyes y disfrute de sus derechos cuando reside en uno de los cincuenta estados.

Lamentablemente, no todos los derechos de la Constitución de los Estados Unidos se extienden al territorio de Puerto Rico. Los puertorriqueños y todos los otros ciudadanos americanos que residen en la isla no tienen todos los derechos que los ciudadanos que residen en los 50 estados.

La comunidad internacional debe percatarse que en el 2012 se celebró un referéndum y que el 54% de los votantes rechazaron el status territorial y revocaron el consentimiento de los gobernados para continuar con el actual status territorial bajo el poder unilateral del Congreso de los Estados Unidos.

En una segunda pregunta, los electores escogieron entre las tres formulas que cumplen con los requisitos de la ONU y que el 61% de los que emitieron su voto se expresó a favor de la estadidad.

El status político es un asunto que compete a Puerto Rico y los Estados Unidos. Así lo expresaron Don Luis A. Ferré en 1982 y Carlos Romero Barceló en 1978. Somos nosotros los únicos los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro propio sistema de gobierno.

La Constitución de los Estados Unidos provee el proceso para que los ciudadanos de un territorio soliciten la incorporación y admisión como un estado. Hemos iniciado ese proceso y el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi radicó el proyecto HR 2000 para que el Congreso autorice una consulta de ratificación para la admisión del estado de Puerto Rico.

Puerto Rico adoptó su propia constitución en el 1952. La Asamblea General la refrendó a través de la Resolución 748 del 1953 y en ese mismo proceso histórico aprobó la Resolución 1541 (XV) en la que enumera y define que un territorio ha alcanzado la plenitud de gobierno propio cuando: (1) pasa a ser un estado independiente, (2) establece asociación o (3) se integra a otro estado independiente. Esa fue la segunda pregunta del referéndum del 2012 en el que el 61% de los electores que votaron respaldaron la estadidad.

El pueblo puertorriqueño tiene el derecho constitucional y sostenido de alterar y enmendar nuestra Constitución de acuerdo a nuestras necesidades y convicciones políticas e ideológicas. Reclamamos la igualdad de derechos ciudadanos dentro de la Unión de Estados de los Estados Unidos.

En 1959 la Asamblea General aprobó la Resolución 1469 (XIV) reconociendo que Alaska Y Hawai habían logrado gobierno propio al ser admitidos como estados de la unión y le otorgó validez real, de jure y de facto, a la integración política como una formula convalidada a la comunidad internacional.

En este momento histórico, la Organización de las Naciones Unidas solo tiene una alternativa: comunicarle a los Estados Unidos que conforme a los resultados del plebiscito del pasado 6 de noviembre del 2012, dado el hecho que los puertorriqueños son ciudadanos americanos de nacimiento y que se han expresado libre y democráticamente en contra del status territorial-colonial actual y a favor de la integración como estado de la unión, que procedan a constituir a Puerto Rico como estado de los Estados Unidos en condiciones de plena igualdad individual y colectiva.

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ONU, tres decadas despues, lunes 10 de junio, ENDI

La ONU, tres décadas después

Hernán Padilla

Hace tres décadas tuve el honor de haber sido nombrado por el Presidente Reagan como Delegado Publico de la Representación de Estados Unidos ante la Asamblea General de la Naciones Unidas y el 24 de septiembre del 1982 presenté un mensaje sobre el status de Puerto Rico *. Aunque los tiempos han cambiado, mis palabras, con algunas explicaciones adicionales, son validas aún.

La comunidad internacional debe reconocer que en 1917 se le extendió la ciudadanía de los Estados Unidos a los puertorriqueños y que cualquier persona que nace en Puerto Rico es ciudadano americano con el pleno derecho a la protección de sus leyes y disfrute de sus derechos cuando reside en uno de los cincuenta estados.

Lamentablemente, no todos los derechos de la Constitución de los Estados Unidos se extienden al territorio de Puerto Rico. Los puertorriqueños y todos los otros ciudadanos americanos que residen en la isla no tienen todos los derechos que los ciudadanos que residen en los 50 estados.

La comunidad internacional debe percatarse que en el 2012 se celebró un referéndum y que el 54% de los votantes rechazaron el status territorial y revocaron el consentimiento de los gobernados para continuar con el actual status territorial bajo el poder unilateral del Congreso de los Estados Unidos.

En una segunda pregunta, los electores escogieron entre las tres formulas que cumplen con los requisitos de la ONU y que el 61% de los que emitieron su voto se expresó a favor de la estadidad.

El status político es un asunto que compete a Puerto Rico y los Estados Unidos. Así lo expresaron Don Luis A. Ferré en 1982 y Carlos Romero Barceló en 1978. Somos nosotros los únicos los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro propio sistema de gobierno.

La Constitución de los Estados Unidos provee el proceso para que los ciudadanos de un territorio soliciten la incorporación y admisión como un estado. Hemos iniciado ese proceso y el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi radicó el proyecto HR 2000 para que el Congreso autorice una consulta de ratificación para la admisión del estado de Puerto Rico.

Puerto Rico adoptó su propia constitución en el 1952. La Asamblea General la refrendó a través de la Resolución 748 del 1953 y en ese mismo proceso histórico aprobó la Resolución 1541 (XV) en la que enumera y define que un territorio ha alcanzado la plenitud de gobierno propio cuando: (1) pasa a ser un estado independiente, (2) establece asociación o (3) se integra a otro estado independiente. Esa fue la segunda pregunta del referéndum del 2012 en el que el 61% de los electores que votaron respaldaron la estadidad.

El pueblo puertorriqueño tiene el derecho constitucional y sostenido de alterar y enmendar nuestra Constitución de acuerdo a nuestras necesidades y convicciones políticas e ideológicas. Reclamamos la igualdad de derechos ciudadanos dentro de la Unión de Estados de los Estados Unidos.

En 1959 la Asamblea General aprobó la Resolución 1469 (XIV) reconociendo que Alaska Y Hawai habían logrado gobierno propio al ser admitidos como estados de la unión y le otorgó validez real, de jure y de facto, a la integración política como una formula convalidada a la comunidad internacional.

En este momento histórico, la Organización de las Naciones Unidas solo tiene una alternativa: comunicarle a los Estados Unidos que conforme a los resultados del plebiscito del pasado 6 de noviembre del 2012, dado el hecho que los puertorriqueños son ciudadanos americanos de nacimiento y que se han expresado libre y democráticamente en contra del status territorial-colonial actual y a favor de la integración como estado de la unión, que procedan a constituir a Puerto Rico como estado de los Estados Unidos en condiciones de plena igualdad individual y colectiva.

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Mensaje ante la Asamblea General de la ONU 24 de septiembre del 1982

Mensaje ante la Asamblea General de la ONU
24 de septiembre del 1982
Hernán Padilla

Señor Presidente, Distinguidos Representantes a la Asamblea General;
Yo soy Hernán Padilla, Delegado de la Representación de los Estados unidos.

Me honro en ser el Alcalde de la Ciudad Capital de Puerto Rico, la ciudad más grande de la Isla. He sido exponente y participante activo del proceso político de Puerto Rico durante los últimos 15 años. Aunque mi profesión n es medico, fui electo a la Cámara de Representantes de Puerto Rico en 1968 t 1972; y electo Alcalde de San Juan en 1976 y re-electo en 1980.

Puerto Rico ha vivido bajo un gobierno constitucional desde 1952, pero reconocemos que los cambios políticos son un proceso continuo y que los partidos políticos en Puerto Rico buscan el apoyo del pueblo para alcanzar sus metas conforme a su criterio partidista o ideología de gobierno.

Desde principios del Siglo 20, La Isla se ha desarrollado en distintas etapas dentro de la relación que nos ha unido con los Estados Unidos, durante todo este siglo.

En 1917 se extiende la Ciudadanía de los Estados Unidos a los puertorriqueños y desde entonces cualquier ciudadano que nace en Puerto Rico es ciudadano americano con el derecho a la protección de sus leyes y disfrute de sus derechos.

En 1952 Puerto Rico organiza un gobierno interno regido por una Constitución y refrendado por la comunidad internacional en 1953.

Es pertinente señalar que durante los últimos treinta (30) años las fuerzas políticas-ideológicas han observado cambios sustanciales; y que, mientras los partidos que propulsan la independencia han perdido respaldo electoral, de un `19% en 1952 a menos de 6% en 1980, y el partido que respalda el Estado Libre Asociado bajo del 65% a 47%, mientras que solamente y enfatizo, solamente los partidos que defienden el derechote Puerto Rico a convertirse en estado han aumentado progresivamente en cada contienda electoral de 13% en 1952 hasta 47.2% en 1980. En las últimas elecciones, el Partido Independentista, obtuvo tan bajo respaldo electoral que no pudo elegir ni un solo legislador ni un solo alcalde.

El pueblo puertorriqueño es un firme creyente del proceso democrático. Nosotros celebramos elecciones cada cuatro años y más del 80% de los electores acude a emitir su voto. El resultado es verdaderamente representativo de de la voluntad popular.

Es precisamente ese pueblo que reconoce que los Estados Unidos sostiene una clara política de auto-determinación, y que aceptará, defenderá e implantará la decisión puertorriqueña sobre el asunto del status

Las ultimas cuatro administraciones de los Estados Unidos, la Presidencia y el Congreso han reafirmado su compromiso de respetar y defender el derecho del pueblo de Puerto Rico a determinar su futuro político a través de un proceso pacifico, abierto y democrático.

Recientemente el Presidente Reagan dijo, que aunque el respaldaba la estadidad par Puerto Rico si esa era la selección de los puertorriqueños su administración aceptará la decisión de la mayoría del pueblo de Puerto Rico.

Yo reconozco que el Congreso y la Presidencia de los Estados Unidos defienden el derecho de nuestro pueblo a decidir cual debe ser nuestra relación política con los Estados Unidos.

Nuestra evolución política continúa. Eventualmente habrá una nueva consulta con el pueblo para enmendar nuestra Constitución o cambiar nuestra relación política con los Estados Unidos, pero debe quedar bien claro la decisión es nuestra.

La posición expresada por los Estados Unidos y dirigentes puertorriqueños en el pasado es que la relación política entre Puerto Rico y los Estados Unidos es un asunto que compete a Puerto Rico y Los Estados Unidos.

Así también lo expresaron Don Luis A. Ferré el 2 de septiembre de 1982 y Carlos Romero Barceló en su testimonio ante la ONU en 1978; los verdaderos lideres electos y representantes auténticos del Partido e mayoría en Puerto Rico.

Yo, con la fuerza electoral que me confiere el respaldo electoral del pueblo, sostengo que somos nosotros los puertorriqueños los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro sistema de gobierno y nuestra relación política con los Estados Unidos.

La intervención e interferencia internacional afecta ese derecho e introduce un factor ajeno al proceso histórico que ocurre en Puerto Rico.

Puerto Rico no es un problema internacional ni quiere serlo. Tenemos la capacidad, la experiencia democrática y los mecanismos legales y legislativos para consultar al pueblo.

La comunidad internacional ha reconocido los hechos en el pasado y debe reconocerlos en el presente.

Puerto Rico adoptó su propia constitución a principios de la década del 50 y la Asamblea General la refrendó a través de la Resolución 748 del 1953, que confirmaba que Puerto Rico había ejercido el derecho a la autodeterminación mediante un proceso democrático y que las Resoluciones relativas a los territorios sin gobierno propio no aplican a Puerto Rico.

Esa misma Resolución (748) sostiene que cualquier cambio en las relaciones entre Puerto Rico y los estados Unidos tomará en cuenta la voluntad del pueblo puertorriqueño y de los estados Unidos.

En 1959 la Asamblea General aprobó la Resolución 1469 (XIV) reconociendo que Alaska Y Hawai habían logrado gobierno propio al ser admitidos como estados de la unión y le da validez real, de jure y de facto, a la integración política como una forma aceptable a la comunidad internacional.

En ese mismo proceso histórico, la Asamblea General aprobó la Resolución 1541 (XV) en la que enumera y define que un territorio ha alcanzado la plenitud de gobierno propio cuando: (1) pasa a ser un estopo independiente, (2) establece asociación o (3) se integra a otro estado independiente.

Creo apropiado haber hecho referencia a estas Resoluciones de la Asamblea general porque todas tienen relación con Puerto Rico, ya que establece las alternativas disponibles al pueblo puertorriqueño.

Sin embargo, durante los últimos años, se ha continuado con la gestión para que la Asamblea General se revoque a si misma e intervenga con el derecho del pueblo de Puerto Rico a la verdadera auto determinación y nos limite para resolver nuestro status político.

No puede haber selección sin alternativas; no puede tomarse determinación en un asunto si no hay opciones; no puede ejercerse el derecho a escoger una forma política si se niegan todas las demás; no se puede hablar de auto determinación si obligan a Puerto Rico a tomar el camino que ha sido rechazado por el 95% del electorado puertorriqueño.

El pueblo puertorriqueño tiene el derecho constitucional, dentro del marco de las relaciones políticas con los Estados Unidos, y sostenido por nuestra propia Constitución, de alterar y enmendar nuestra Constitución de acuerdo a nuestras propias necesidades y convicciones políticas e ideológicas.

Las Naciones Unidas en su Resolución 1541 (XV) y Principio VUU defiende ese derecho.

Negarnos ese derecho será intervenir en nuestro propio destino y contra nuestra propia Constitución. Ante este análisis histórico y legal es que la comunidad internacional debe asumir una posición objetiva sobre Puerto Rico.

Como he indicado, Puerto Rico ha evolucionado en el campo político durante las ultimas décadas y estamos orgullosos de nuestro avance económico, tecnológico e industrial. El Producto Bruto alcanzó los doce mil millones de dólares, el ingreso personal mas de cuatro mil dólares y el ingreso familiar mas de once mol dólares por familia (datos del 1980)

Indudablemente la recesión y los problemas mundiales nos afectan, pero contemplamos el futuro con fe en nuestra capacidad para sobreponernos y continuar con el progreso a que aspira Puerto Rico.

Somos un pueblo enamorado de nuestra cultura, historia, idioma y tradiciones. Somos defensores activos del fortalecimiento artístico y cultural. Estamos dedicando recursos y esfuerzos para garantizar una buena educación a nuestros hijos. Hoy en di anas de 900,000 puertorriqueños se encuentran estudiando en distintos noveles educativos, más de uno e cada cuatro puertorriqueños. Tenemos al alcance las más diversas facilidades para el teatro, la música y otros géneros artísticos.

Los pueblos latinoamericanos y de herencia hispana pueden tener la seguridad que nuestra relación política con los estados unidos no cambia nuestros sentimientos e identificación cultural.

Aun así, nuestro status político continúa siendo un asunto de primordial importancia en nuestra propia agenda del presente y del futuro. El proceso para lograr cualquier cambio será uno que demuestre nuestro avanzado desarrollo político y continua vivencia del proceso democrático

Respetuosamente solicito que se una a nosotros para sostener la decisión del Comité general de rechazar la inscripción de la cuestión e Puerto Rico en la agenda de la Asamblea General

Nuestro sistema democrático no necesita de la intervención de la comunidad internacional. Nosotros los puertorriqueños y solo nosotros decidiremos como y cuando alterar nuestro status político.

Es nuestra responsabilidad. Es nuestro derecho. Es nuestro destino. Muchas gracias.

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US Senate Committee Hearings on the political status of Puerto Rico- Tuesday-June 11th

US Senate Committee
on Energy and Natural Resources
Full Committee Hearing on
The Political Status
of Puerto Rico

Tuesday, June 11, 2013
10:00 AM
SD-366 Senate Dirksen Building
Washington DC

The purpose of this hearing is to receive testimony on the November 6, 2012 referendum on the political status of Puerto Rico and the Administration’s response.

The hearing will be webcast live on the committee’s website, and an archived video will be available shortly after the hearing is complete. Witness testimony will be available on the website at the start of the hearing.

Democratic Committee Members
Chairman: Ron Wyden (Oregon)
Tim Johnson (South Dakota)
Mary L. Landrieu (Louisiana)
Maria Cantwell (Washington)
Bernard Sanders (Vermont)
Debbie Stabenow (Michigan)
Mark Udall *Colorado)
Al Franken (Minnesota)
Joe Manchin (West Virginia)
Christopher A. Coons (Delaware)
Brian Schatz (Hawaii)
Martin Heinrich (New Mexico)

Republican Committee Members
Ranking Member: Lisa Murkowski (Alaska)
John Barrasso (Wyoming)
James E. Risch (Idaho)
Mike Lee (Utah)
Dean Heller (Nevada)
Jeff Flake (Arizona)
Tim Scott (South Carolina)
Lamar Alexander (Tennessee)
Rob Portman (Ohio)
John Hoeven (North Dakota)

Further information
Energy and Natural Resources Committee Office
304 Dirksen Senate Building
Washington, DC 20510
(202) 224-4971 (202) 224-4971 FREE
Fax: (202) 224-6163

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